Muchos son los que aseguran que el tomate frito no tiene ciencia, pero la verdad es que esta receta tiene una textura y sabor inigualable. Y si es casera más todavía, así que ten en cuenta los aspectos para preparar los mejores.
El tomate frito no es más que una especie de salsa de tomate que se le puede añadir a cualquier clase de preparación. Puede funcionar para carnes, vegetales e incluso es perfecta para guarniciones, si así lo desea.
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Mucho confunden el tomate frito con una salsa de tomate con cebolla y otros ingredientes, pero el verdadero tomate frito es concentrado. Este se hace a fuego lento y con tres ingredientes esenciales.
En diferentes partes del mundo, el tomate frito es una especialidad. Puede incluso ser disfrutado con pan , tortilla francesa, bocadillos , con patatas, pechugas de pollo. También es perfecto para arroz blanco y huevo, macarrones y otras cientos de recetas.
Para muchos es una simple preparación, pero para el que conoce y sabe de lo que hablamos, el tomate frito es un ingrediente celestial que no puede faltar en ningún restaurante ni cocina.
¿Cuáles son los aspectos a tener en cuenta antes de preparar tomate frito?
Antes de hacer y preparar el mejor tomate frito casero, debes tener en cuenta los siguientes puntos. El tiempo de cocción dependerá del tipo de tomate que utilices, los hay con más cantidad de agua, con lo que puede tardar más en llegar al punto correcto.
Ten la precaución de tapar la cazuela donde prepares el tomate frito, ya que salpica bastante.
Tradicionalmente el tomate frito solo utiliza tomate, sal y aceite de oliva pero hay quienes les gusta añadir azúcar para darle dulzor. Pero originalmente la receta no lleva azúcar, igual es opcional y dependerá del gusto de cada quien.
Para que el tomate frito quede perfecto, lo que debes fijarte es cuando veas que el aceite se empieza a desligar, es decir que se queda en la superficie, ahí estará listo. Piensa que el tomate tiene que perder parte del agua para que quede bien frito.
En cuanto a la conservación, puedes conservarlo de varias formas. Una es repartiendo el tomate en pequeños recipientes y congelarlo, después solo tendrás que descongelar para consumir.
La otra forma es esterilizar unos botes de cristal y rellenarlos hasta el tope, cerrar con la tapa esterilizada y cerrar con fuerza el bote.
Después los pones boca abajo hasta que se enfríen. En una pegatina pon el día, el mes y el año de preparación para saber el orden de uso de cada bote. Se estima que de un kilo de tomates pueden salir unos 6 botes de tomate frito, si los envasas en botes más grandes, lógicamente te saldrán menos.
Paso a paso
Ahora bien, luego que hemos entendido los puntos principales para hacer tomates fritos, es tiempo de ponerse manos a la obra y prepararlos de forma casera.
¿Qué necesitarás?
Un kilo de tomates maduros, una cucharada de sal y tres cucharadas del mejor aceite de oliva virgen extra.
Lo que debes hacer es lavarlos bien en vista que no le vamos a retirar la concha. Una vez limpios, quitamos los pedúnculos y hojitas verdes en su caso y troceamos los tomates en pedazos grandes. Por ejemplo en cuartos, dependiendo un poco del tamaño de cada pieza.
Preparación de tomate frito
En una olla grande, coloca aceite y encima echa todos los trozos del tomate. Al principio remueve bien para que el aceite se impregne en todos los trozos. Luego cuando ya lo hemos hecho, ponemos a fuego alto al principio hasta que hierva. Ahora, baja el fuego, y añadimos la sal.
Luego de pasar diez minutos, aprieta los trozos contra la pared de la olla con una cuchara de madera para que suelten el agua y tendrás una especie de sopa con trozos, pero con muchísima agua.
Deja el tomate frito durante 30 minutos al fuego, recuerda que este tiempo será crucial para que el tomate tome la textura correcta. Entre fritura y cocción para que logre evaporar el agua.
Durante ese tiempo sólo debemos remover para evitar que los tomates se peguen o agarren al fondo de la olla. Poco a poco, el volumen de la salsa se irá reduciendo, quedando cada vez más concentrado.
Cuando podemos mover con la cuchara y se abre un pasillo que tarda unos instantes en volver a rellenarse es señal de que los tomates ya están en su punto. Otro punto es que luego que lo pases por el triturador, la salsa tiende a espesarse mucho más.
Luego que apagues la olla y dejes enfriar los tomates, pasa por la trituradora. Al volcar el tomate en éste, colará inicialmente el agua restante y poco a poco, vuelta a vuelta comenzará a caer en el bol la pulpa del tomate y quedará en el triturador todo los restantes.
Recuerda que este paso es necesario ya que espesa un poco más la mezcla. Listo, envasa y disfruta cuando gustes.