La instalación de la vitrocerámica sin orientación puede ser toda una travesía, pero con algunos consejos esta será más amena. Por eso esta recopilación de información te será muy útil.
Vitrocerámicas
Las cocinas vitrocerámicas son sistemas de cocción en los que hay un vidrio entre la fuente de calor y el recipiente que se quiere calentar. La llegada de la vitrocerámica ha supuesto toda una renovación en la cocina, ya que es más cómoda de limpiar y posee indicadores de calor que advierten que las placas todavía permanecen calientes, lo que permite un ahorro de energía.
Tipos de vitrocerámicas
Los tipos de vitrocerámica dependen del tipo de resistencia o fuente que estas utilicen:
- Vitrocerámicas de gas
Disponen de unos quemadores con celdillas en estructura de panal de abeja, que se encuentran debajo del vidrio. El gas se enciende de forma automática, por medio de unas válvulas que permiten o cortan el paso del gas. Son las más antiguas y menos utilizadas.
- Vitrocerámicas de resistencia eléctrica
Poseen una resistencia eléctrica bajo el vidrio. El calor se regula de forma automática, controlando por sí mismas la temperatura mediante un termostato dependiente de la corriente. Cabe recordar que el calor emitido por una resistencia varía en función de la corriente que la atraviesa.
- Vitrocerámicas de inducción
Son las más modernas ya que no usan ningún tipo de resistencia como fuente de calor. Consiguen cocinar los alimentos gracias a la transmisión de energía a través de un campo magnético. El calor se produce por corrientes parásitas y por agitación magnética. Es necesario usar recipientes de metal ferromagnético, con fondo plano, liso y grueso. El vidrio permanece frío y es más fácil de limpiar
Los materiales
Lo más probable es que la vitrocerámica ya traiga los cables necesarios, no obstante, es importante chequear antes de iniciar con la instalación. Lo que seguro vas a necesitar son destornilladores y un cutter.
Tener un metro también será de utilidad y, por cuestiones de seguridad, también necesitarás unos guantes protectores. Una vez hecha la instalación eléctrica necesitarás silicona para sellar la placa.
En cuanto a los anclajes, la mayoría de fabricantes incluyen las piezas de sujeción para que puedas anclarla sin problema. Pero, a la hora de instalar la vitrocerámica, conviene comprobar que es así para no tener inconvenientes cuando se vaya a fijar.
El Espacio
Una vez que ya tienes los materiales, debes acondicionar el espacio. Lo primero que hay que tener en cuenta es qué tipo de vitrocerámica y qué tipo de encimera hay en tu cocina.
Quizá la tarea más importante sea medir, debes tener muy claro que la placa se ajusta a la perfección al hueco de la encimera porque ese será el único fallo que será difícil de arreglar. Mide el hueco y comprueba que se ajusta. Una vez comprobado hay que quitar cualquier elemento que haya en el espacio de trabajo y que pueda entorpecernos la tarea.
La seguridad
Ya hemos comprobado que la placa encaja en el hueco y hemos limpiado y despejado la superficie de trabajo, así que tendríamos que empezar con la instalación eléctrica, pero antes hay que pensar en la seguridad.
Para hacer la tarea con total seguridad hay que quitar la corriente de la cocina. Si no tienes claro qué diferencial es el que tienes que bajar, lo mejor es que bajes el general y trabajes con luz natural. La última precaución que hay que tomar es ponerse unos guantes de seguridad, no sólo para evitar posibles calambres, también para prevenir cortes y, en menor medida, golpes. Luego de instalada tienes que aprender a limpiar la vitrocerámica sin cargártela en el camino.
La conexión eléctrica
Este puede ser el paso más complejo pero ya verás que no es para tanto. Si la placa tiene enchufe y tu pared también, sólo tienes que enchufarlo como si fuera otro electrodoméstico más. Aunque esto no suele ser lo más común. Si te preocupa el gasto, tienes que implementar trucos para ahorrar en la factura de la luz.
Cómo instalar la placa
Lo más común es que tengas que conectar los cables de modo manual para instalar la vitrocerámica. Lo primero es poner la placa del revés en una superficie acolchada y conectarle el cable suministrado por el fabricante o, en su defecto, un cable de 6 mm.
Una vez hecho esto hay que conectar el cable a la corriente del hogar y aquí hay dos opciones. Puede ser que te encuentre con una conexión monofásica y, en ese caso, hay que agrupar por un lado los cables negro y marrón que formarán la fase y, por otro, los cables azul y gris que forman el neutro. El cable amarillo y verde, que es la tierra, quedará libre.
Si la conexión es trifásica, quedan sueltos los cables azul y marrón que formarán dos líneas y los cables azul y gris se agrupan para formar el neutro. Aquí también queda libre el cable amarillo y verde.
Es muy importante que uses algún tipo de clema para mayor seguridad de las conexiones. Las conexiones hechas con cinta adhesiva no son seguras.
Este esquema de conexiones vale tanto si conectas los cables directamente con los cables de tu cocina como si decides instalar un enchufe para la placa y en la pared.
La colocación
Ya tenemos la instalación eléctrica y la placa está lista para funcionar así que ya podemos colocarla en el hueco en el que va a ir. Aquí, como hemos señalado, no habría ningún problema porque la mayoría de fabricantes incluyen los sistemas de anclaje.
Si no es el caso, hay que asegurarse de poner el cordón de esponja termorresistente que va a garantizar la estanqueidad de la placa. De este modo nos evitamos problemas de funcionamiento y posibles calambres al usarla.
Ni que decir tiene que en este paso hay que ser muy cuidadoso con los golpes o movimientos bruscos que puedan dañar la placa y deshacer las conexiones eléctricas.
El sellado
La conexión eléctrica está hecha, la placa está en su sitio, ya sólo nos queda sellarla para que no haya filtraciones de líquidos. Puede ocurrir que, en el caso de tu placa, el fabricante incluya algún tipo de adhesivo aislante. En este caso, ponlos y ya habrás terminado de instalar tu placa.
Si no es el caso, no te va a quedar más remedio que usar silicona. Aquí depende de tu elección o de tu destreza pero no uses mucha cantidad si tienes que hacerlo porque si el hueco es de la medida correcta y los anclajes están bien puestos, quedará un espacio muy reducido por el que se puedan filtrar líquidos.
Y listo, si algo no queda del todo claro, el fabricante puede incluir un manual de instalación al que se puede consultar.