La Comisión Europea ha lanzado este miércoles un plan para anticiparse al surgimiento de nuevas variantes del coronavirus que puedan ser resistentes a las vacunas aprobadas hasta ahora y que pasa por aumentar la capacidad de análisis de nuevas cepas con 225 millones de euros de fondos europeos, acelerar todavía más los los procesos de aprobación de vacunas e incrementar la capacidad de producción de las mismas en el bloque.
El proyecto, que ha sido presentado por la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, la comisaria de Salud, Stella Kyriakides y el comisario de Industria, Thierry Breton, reunirá a investigadores, compañías biotecnológicas, fabricantes, autoridades reguladoras y servicios públicos para «vigilar las variantes, intercambiar datos» y «cooperar para adaptar las vacunas».
Se trata de un primer paso de cara a la futura Autoridad Europea de Emergencias Sanitarias (HERA, por sus siglas en inglés), que el Ejecutivo comunitario quiere poner en marcha a finales de año. Con esta primera iniciativa, la Comisión pretende dotar a la UE de una mayor capacidad de reacción si surgen variantes del coronavirus resistentes a las vacunas aprobadas hasta ahora.
Por eso, la bautizada «incubadora HERA» tendrá tres pilares principales: detección, análisis y adaptación a nuevas variantes del virus, aceleración de la aprobación de vacunas y apoyo a la fabricación masiva de nuevas vacunas contra la Covid-19 adaptadas a nuevas cepas.
Con respecto al primero de ellos, el objetivo de la UE es alcanzar el objetivo de secuenciar al menos el 5% de los resultados positivos en las pruebas de coronavirus para tener mayor capacidad de identificar nuevas variantes, conocer su propagación en la población.
Para lograrlo, destinará «al menos» 75 millones de euros para desarrollar pruebas que sirvan para identificar nuevas variantes y para ayudar a los Estados miembros a aumentar su tasa de secuenciación del virus. Además, dedicará 150 millones de fondos europeos a mejorar la investigación y el intercambio de datos sobre variantes.
Por otro lado, lanzará la red de ensayos clínicos ‘Vaccelerate Covid-19’, que reúne a 16 Estados miembros y seis países asociados (como Suiza e Israel) para el intercambio de datos y persigue incluir progresivamente a niños y adultos jóvenes en las pruebas de tratamientos y vacunas.
EL MODELO DE LAS VACUNAS PARA LA GRIPE COMÚN
El segundo elemento de la iniciativa pasa por acelerar el proceso de aprobación de nuevas versiones de las vacunas actuales que estén adaptadas a nuevas variantes. El modelo a seguir será el marco de autorización de vacunas para la gripe común, que ha funcionado «con éxito durante muchos años».
Esto significa «una aprobación rápida basada en revisiones periódicas de datos y directrices claras sobre los requisitos de información de la Agencia Europea del Medicamento (EMA)». Además, Bruselas facilitará la certificación de nuevas plantas de producción y considerará una nueva categoría de autorización de vacunas a nivel europeo «con responsabilidad compartida entre Estados miembros».
En este contexto, la estrategia de Bruselas también pasa por actualizar los contratos para la compra anticipada de vacunas o firmar otros nuevos «con un plan creíble y detallado que muestre la capacidad de producir en la UE y un calendario fiable». «Esto no impedirá a la UE considerar otras fuentes de fuera de la UE si es necesario, siempre que cumplan con los requisitos de seguridad», ha advertido la Comisión Europea.
Además, Bruselas trabajará «codo con codo» con los fabricantes de vacunas para «ayudarles a supervisar la cadena de suministro e identificar cuellos de botella en la producción», apoyará con más fondos europeos el desarrollo de vacunas adaptadas a las variantes y desarrollará un «mecanismo voluntario de licencias» para facilitar la «transferencia de tecnología.