Dicen que un buen queso es el truco para una buena receta. Sobre todo en una lasaña. En esta oportunidad el queso parmesano viene a demostrar que puede ser tan versátil como su acompañante en esta ocasión, el pollo.
La versatilidad es la clave
El pollo es una carne blanca muy versátil ya que nos permite elaborar un montón de recetas, como por ejemplo pollo asado, pollo guisado, pollo al horno o pollo en salsa. Pero, en esta ocasión se presenta con un gratinado maravilloso con la estrella del plato, el parmesano, con el que puedes hacer un espectacular pollo gratinado al horno.
La estrella
El Parmesano o Parmigiano Reggiano es un famoso queso italiano de consistencia dura y granular. El parmesano se usa rallado o gratinado. Su producción se encuentra regulada por una DOP (Denominación de Origen Protegida, o Denominazione d’Origine Protetta en italiano). El queso parmesano posee grandes cantidades del quinto sabor básico, el umami.
Regulación
El parmesano es un producto con Denominación de Origen Protegida (DOP) según la norma europea CEE 2081/92 y con el reconocimiento de registro CE número 1107/96. Únicamente el queso producido bajo las especificaciones recogidas en el Reglamento de producción puede llevar la marca Parmigiano-Reggiano.
El parmesano debe llevar en la parte externa las marcas que permitan identificar y distinguir el producto. Otras cuestiones reguladas en su producción son los prados estables y la cría del ganado bovino.
El tiempo
El tiempo de maduración no debe ser inferior a 12 meses, pudiendo llegar hasta los 36. También se pueden encontrar formas de 80 o 120 meses en casos especiales, siendo en este caso un producto extremadamente selecto.
Usos amplios
Es creencia generalizada que el Parmesano es un condimento sólo para platos de pasta o sopa, o para utilizar en la cocina, pero también es un excelente queso de postre, especialmente cuando es joven o no muy viejo.
En Italia, se sirve troceado y acompañado de higos o peras, o se parte en trocitos pequeños y se consume como aperitivo. En la cocina resulta sumamente versátil, como ya mencionamos.
En virutas finas aporta interés a ensaladas y es un clásico en los platos de «bresaola, carpaccio» o sobre corazones de alcachofas crudos. La ricota seca es una alternativa al parmesano utilizada en Sicilia y Cerdeña para añadir a la pasta y a las salsas.
Rallado, se utiliza en todo tipo de salsas para pasta, excepto en las que llevan pescado. Dada su larga maduración, el Parmesano resulta mucho más fácil de digerir que la mayoría de quesos. En Italia, se recomienda su consumo regular a niños, ancianos, deportistas y mujeres embarazadas. También se puede añadir a las pizzas en algunos casos o si el comensal así lo demanda.
No sólo la parmesana tiene ventajas
El pollo es un ave gallinácea de carne blanca, alimento muy presente en cocinas de todo el mundo. Se trata de una carne baja en grasa y en calorías y con altos niveles de proteínas además de un alto contenido en nutrientes y vitaminas.
Lleno de propiedades
- Aumenta los niveles de serotonina en el cerebro, mejorando nuestro estado de ánimo.
- Ayuda en la lucha contra la pérdida ósea gracias a la inyección de proteínas que aporta al organismo.
- El pollo es rico en fósforo, un mineral esencial que nutre a los dientes y huesos, así como a los riñones y el hígado.
- Mantiene los vasos sanguíneos sanos, los niveles de energía altos, y el metabolismo quema calorías para que pueda manejar un peso saludable y nivel de actividad.
- El pollo tiene una alta cantidad de retinol, alfa y beta-caroteno, licopeno y, todos los derivados de la vitamina A, que son esenciales para permitirnos poder tener una salud visual adecuada.
- Es fácil de digerir y es bien tolerado por quienes sufren trastornos digestivos ya que su tejido conectivo es más fácil de desintegrar.
La gran combinación
La elaboración de este pollo a la parmesana es muy sencilla, básicamente consiste en unos filetes de pechuga de pollo empanizados que se bañan con una rica salsa de tomate y luego se llevan al horno para gratinar
Ingredientes para preparar Pollo a la Parmesana
- 4 filetes de pechuga de pollo
- 1 cebolla cortada en cuadros pequeños
- 1 diente de ajo troceado
- 120 ml. de tomate triturado
- 1 cucharadita de orégano seco
- 1 cucharadita de albahaca seca (puede ser fresca también)
- 1 huevo batido para rebozar los filetes de pollo
- Harina de trigo para rebozar los filetes de pollo
- Pan rallado para rebozar los filetes de pollo
- 80 g. de queso mozzarella rallado
- 50 g. de queso parmesano rallado
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite de oliva
¿Cómo hacer Pollo a la Parmesana?
Paso 1: Comenzamos la elaboración de nuestro pollo a la parmesana, para ello, en una sartén con un poco de aceite y a temperatura media, agregamos la cebolla, el ajo y dejamos cocinar por un par de minutos, luego agregamos los tomates triturados, un poco de sal, el orégano seco, la albahaca seca, un poco de pimienta, removemos y dejamos cocinar por 10 minutos. Reservamos.
Paso 2: Tomamos los filetes de pollo y los salpimentamos, luego pasamos los filetes de pollo por harina, por el huevo batido y finalmente por el pan rallado (en ese orden).
Paso 3: En una sartén con aceite y a temperatura media alta, vamos freír nuestros filetes de pollo hasta ver que toman un color dorado. Pasado el tiempo de cocción, retiramos los filetes de pollo de la sartén y los colocamos en una bandeja apta para horno cubierta con papel vegetal, le agregamos por encima la salsa de tomate previamente elaborada, un poco de queso mozzarella, un poco de queso parmesano y llevamos al horno a gratinar.
Paso 4: Cuando veas que ya los filetes de pollo están gratinados (el queso totalmente fundido) los retiramos del horno y ya tenemos listo nuestro delicioso pollo a la parmesana!!
Consejos para preparar Pollo a la Parmesana
Para esta receta de pollo a la parmesana, utilizamos queso mozzarella, si no tienes, puedes sustituir por queso provolone o cualquier otro queso siempre y cuando funda bien. Puedes agregar albahaca fresca o seca.