Las alcachofas pueden llegar a ser un ingrediente vital en las recetas de algunos platillos que queramos realizar. Sin embargo, hay un problema que suele afectar a las quienes solemos utilizarlas, y es que al proceder a picarlas, suelen ponerse negras, lo cual es producto de la oxidación, por ello tienes que aprender el truco para que las alcachofas no se pongan negras.
Aunque hay personas que recurren al clásico método del limón para evitar la oxidación en sus alcachofas, hay otras que prefieren no utilizarlo, ya que el fuerte sabor del ácido cítrico puede alterar las recetas y el resultado final de su plato a preparar, como puede ocurrir con las alcachofas salteadas con jamón. Por ello, hoy te traemos algunos métodos distintos para evitar que tus alcachofas se oxiden tras ser picadas.
Las alcachofas no son las únicas afectadas
El proceso de oxidación es común en todas las frutas, verduras y hortalizas. El simple contacto con el aire es capaz de provocar que productos como la manzana, el aguacate, la pera, entre otras frutas y hortalizas, se vean ennegrecidas. Pero ¿por qué ocurre esto?
¿Cómo ocurre el proceso de oxidación?
Este proceso en el que se “ennegrecen” los productos naturales se debe gracias a los componentes fenólicos que poseen. Estos realizan una reacción al oxígeno, lo cual se puede interpretar como un intento de defensa ante una “herida” que el producto sufra, pues ese color oscuro son agregados que terminan siendo tóxicos para los microorganismos externos.
¿No debemos usar limón?
Estamos en la temporada de alcachofas, por lo que queremos aprovecharla al máximo para utilizarla en nuestra cocina, por lo que también queremos enseñarte a conservar su mejor estado por más tiempo. Y es que el limón siempre ha sido una opción muy factible al momento de buscar evitar su oxidación, y aunque no es una mala opción para este trabajo, su fuerte sabor puede arruinarnos algunas recetas, aunque también puede mejorar otras. Por ello, te queremos ofrecer variedad al momento de buscar solucionar este problema, y así tengas más opciones y sabores a tu favor.
Agua fría y perejil
El primer truco que te vamos a dar para evitar que tus alcachofas se oxiden es uno muy sencillo. Lo que tendrás que hacer es pelarlas o cortarlas, y sumergirlas de inmediato en agua fría con perejil.
El motivo por el cual el perejil es capaz de poner un alto a las oxidación de las alcachofas es que posee una buena cantidad de vitamina C (lo cual le otorga también esta habilidad al limón). Estamos hablando de unos 130 miligramos por cada 100 gramos de perejil ¡Nada mal! Sin embargo, no es necesario utilizar esa cantidad de perejil, pues con unas tres o cuatro ramas bastará, esto depende de la cantidad de alcachofas.
Un pimiento rojo
De igual forma que con el perejil, lo que tendrás que hacer es tomar un pimiento rojo (solo un trozo, según la cantidad de alcachofas) y dejarlo en agua fría, donde sumergirás nuestra hortaliza estrella. ¿Por qué pimiento rojo? Sencillo, este vegetal posee una gran cantidad de vitamina C, tal cual el perejil, que como ya te explicamos, es la clave para frenar el proceso enzimático que provoca la oxidación.
Una blanqueta con harina
Otra de las técnicas que podemos utilizar es realizar una blanqueta con harina de trigo. Para ello, deberás agregar un par de cucharadas al agua en donde remojarás las alcachofas. Esta misma agua podrías incluso utilizarla para cocinarlas luego. Si lo deseas y es de tu agrado, puedes colocarle unas gotitas de zumo de limón.
Cocinar las alcachofas sin pelarlas
Esta es considerada como la mejor estrategia para evitar que las alcachofas se oxiden, el cual a pesar de ser muy efectivo, es bastante sencillo y rápido, dejando resultados bastante buenos.
El procedimiento:
Primero tendrás que lavar bien cada una de las alcachofas que vas a tratar. Tras esto, colócalas en una olla llena de agua y llévalas a la estufa, donde las podrás a hervir. El tiempo en que las dejarás allí será entre 10 y 15 minutos, lo cual dependerá del grosor de las mismas. Te recomendamos que utilices un cuchillo o una brocheta para pinchar las alcachofas, si están suaves, significa que las alcachofas están listas.
Una vez estén cocidas y suaves, podrás retirarlas del fuego y posteriormente del agua. Déjalas enfriar. Notarás que ya podrás pelarlas con facilidad, y al picarlas ya no se oxidarán con ese color negro. Lo mejor de este método es que el sabor de tus recetas no se verá para nada afectado, pues las alcachofas conservarán su sabor original y hasta su color verde.
¿Cuáles son los beneficios de consumir alcachofas?
Ahora que ya te enseñamos cómo evitar la oxidación de las alcachofas, te mostraremos los principales beneficios de consumirlas, y es que son bastante beneficiosas para nuestra salud. Veamos:
- Es anti-grasas: las alcachofas favorecen a la digestión de grasas y al proceso de eliminación de toxinas en nuestro organismo. Esta es una verdura muy recomendada para procesos de pérdida de peso, pues ayuda a perder volumen y las calorías que contiene son muy bajas.
- Favorece a tu hígado: las alcachofas poseen la capacidad de regular la formación y salida de bilis. Realiza una acción reguladora en el riñón, favorece la eliminación de agua y de sustancias desechables. Por esta razón, suele ser recomendada para tratar enfermedades funcionales y orgánicas den hígado, de la vesícula biliar y de las vías biliares. De igual forma, puede tratar los trastornos digestivos que se deriven de ella. Por ejemplo, las infusiones de alcachofa ayuda mucho en la recuperación de enfermedades hepáticas, como la cirrosis o la hepatitis.
- Es digestiva: este vegetal es rico en fibra, por lo que consumirla proporciona una sensación de saciedad, pero que además actúa un laxante ligero que favorece al tránsito en los intestinos, y que contribuyen al alivio y prevención del estreñimiento.
- Es depurativa: la alcachofa posee estas propiedades y un efecto diurético, los cuales promueven el proceso de adelgazamiento. También es muy útil para evitar la retención de líquidos.