Entidades y partidos urgen al Gobierno a cerrar la central nuclear Cofrentes

La plataforma Tanquem Cofrents, integrada por asociaciones ecologistas, ciudadanas y sindicatos, y partidos como PSPV y Podem han urgido este martes al Gobierno a cerrar la central nuclear de Cofrentes (Valencia) sin prorrogar su licencia «ni un día más», a un mes de que acabe el periodo de explotación.

«Es cara, peligrosa, con tecnología obsoleta y ya está amortizada con creces por Iberdrola», han defendido en rueda de prensa en el Octubre Centre de Cultura Contemporània (OCCC), con la participación de otros partidos como Compromís, Esquerra Unida (EUPV) y Esquerra Republicana del País Valencià.

Su objetivo es que el Ministerio de Industria no conceda una nueva prórroga a Cofrentes, como plantea el calendario establecido en el protocolo de intenciones para el cierre ordenado de las centrales suscrito en 2019 entre ENRESA (Empresa Estatal de Residuos) y los propietarios, a la espera del informe técnico del pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

También rechazan la postura de Iberdrola de alargarla hasta 2030, advirtiendo que «su vida útil acabó en 2011» desde su apertura en 1984 y que «podría tener que cerrar en dos años si ya no es rentable». En cualquier caso, exigen al Gobierno que mueva ficha y deje clara su postura porque todavía «no hay una decisión» firme.

Tanquem Cofrents defiende que es un «riesgo inasumible» para los valencianos y que es una central «vieja», con 37 años de vida cuando la media ronda 30-32. Es más, augura que en unos años habrá suficientes renovables como para que sea innecesaria y que, si sigue abierta, generará unas 300 toneladas de residuos que no se podrán gestionar.

A su juicio, esta central es la «punta de lanza» del cierre de las de toda España, donde siete siguen en activo tras el fin de Garoña en 2012. «Cofrentes consume o evapora agua equivalente a 10.500 piscinas olímpicas de agua del río Xúquer», ha ilustrado Lourdes Tejedor como portavoz de la plataforma, para alertar que dejarla abierta sería «una decisión exclusivamente económica por interés electoralista».

Otro de sus argumentos es que es la única central nuclear de España que trabaja con agua a ebullición mientras el resto lo hacen a presión, lo que supone «un plus de peligrosidad». También ve preocupante el coste del almacén temporal para almacenar residuos que fue autorizado por el Ministerio de Transición Ecológica en 2019.

En materia laboral, Tanquem Cofrents calcula que los 700 puestos de trabajo directos de la central no se verían directamente afectados por el cierre y que una parte importante se mantendrán durante el proceso de desmantelamiento que se podría prolongar décadas. Y afirma que este tipo de energía ya no puede competir con las renovables. «Es innecesaria: nos sobra nuclear por todas partes», ha declarado su representante José Juan Sanchis.

PSPV: «ES EL MOMENTO DE CERRARLA»

Por parte de los partidos, el diputado socialista en Les Corts Paco Gil ha asegurado que no saben «con certeza» la posición del Gobierno (PSOE-Unidas Podemos), aunque ha defendido que el PSPV es coherente con su postura desde la petición de cierre que aprobó el parlamento valenciano en 2017 con el rechazo del PP y la abstención de Ciudadanos. «Es el momento propicio para dar el paso de cerrarla», ha sostenido, algo que ha relacionado con la llegada de los fondos europeos de reconstrucción.

Beatriu Gascó (Podem) ha coincidido en que su postura no ha variado en los últimos años y ha garantizado que Podemos se mantendrá «firme» pidiendo el cierre tanto en el Congreso como en el Gobierno. «El problema es que no tenemos las carteras ni de Industria ni de Transición Ecológica: hacemos la presión que podemos», ha reconocido a pesar de su posición «prioritaria» como socios de gobierno.

La también diputada ‘morada’ en Les Corts ha instado así al PSOE a «escuchar la voz del pueblo valenciano» y ha recordado cuando estuvo en Cofrentes en 1985 y ya dijo que no era necesaria. «No queremos que se convierta en Fukushima o Chernóbil», ha enfatizado, además de recordar el potencial de España para aprovechar la energía solar.

Compromís, socio del PSPV y Unides Podem en la Generalitat, también quiere que el Gobierno cumpla con su intención de cerrar todas las centrales y «la lógica impere» en el caso de Cofrentes. «A nivel preelectoral teníamos confianza de que el trámite fuera más ágil», ha recordado su diputado Juan Ponce sobre las elecciones de 2019.

En la misma línea, Estefania Blanes (EUPV) ha insistido en que «ya ha llegado el momento del cierre» y ha llamado a «desmontar el mito de que los puestos de trabajo se van a perder de hoy para mañana». Y María Pérez (Esquerra Republicana) ha advertido que el aumento de incidencias en Cofrentes demuestra la «inseguridad» de prorrogar su vida útil, además de defender que se pueda reconvertir en un centro de investigación del cambio climático.