Un grupo de investigación internacional liderado por la Universidad de Bolonia ha evidenciado, tras extraer y analizar ADN antiguo de sedimentos fecales de 50.000 años muestreados en el yacimiento arqueológico de El Salt, cerca de Alicante, que la microbiota intestinal de los neandertales ya incluía algunos microorganismos beneficiosos que también se encuentran en nuestro propio intestino.
Publicado en ‘Communication Biology’, los expertos plantean la hipótesis de la existencia de componentes ancestrales de la microbiota humana que han estado viviendo en el tracto gastrointestinal humano desde antes de la separación entre el ‘Homo Sapiens ‘y los neandertales, la cual ocurrió hace más de 700.000 años.
«Estos resultados nos permiten entender qué componentes de la microbiota intestinal humana son esenciales para nuestra salud, ya que son elementos integrales de nuestra biología también desde un punto de vista evolutivo. Hoy en día hay una reducción progresiva de nuestra diversidad de microbiota debido al contexto de nuestra vida moderna: los hallazgos de este grupo de investigación podrían orientarnos en el diseño de soluciones a la medida de la dieta y el estilo de vida para contrarrestar este fenómeno», han señalado los expertos.
Estudios recientes han demostrado cómo algunas características de la modernidad, como el consumo de alimentos procesados, el uso de drogas, la vida en entornos hiper-higienizados, conducen a una reducción crítica de la biodiversidad en la microbiota intestinal. Este agotamiento se debe principalmente a la pérdida de un conjunto de microorganismos denominados ‘viejos amigos’.
«El proceso de agotamiento de la microbiota intestinal en las poblaciones urbanas occidentales modernas podría representar una importante llamada de atención. Este proceso de agotamiento sería particularmente alarmante si implicara la pérdida de aquellos componentes de la microbiota que son cruciales para nuestra fisiología», ha enfatizado.
De hecho, hay algunas señales alarmantes. Por ejemplo, en Occidente, se está presenciando un aumento espectacular de casos de enfermedades inflamatorias crónicas, como la enfermedad inflamatoria intestinal, el síndrome metabólico, la diabetes tipo 2 y el cáncer colorrectal.
Los componentes ancestrales de la microbiota intestinal humana incluyen muchas bacterias conocidas (entre las que se encuentran ‘Blautia’, ‘Dorea’, ‘Roseburia’, ‘Ruminococcus’ y ‘Faecalibacterium’) que son fundamentales para la salud. De hecho, al producir ácidos grasos de cadena corta a partir de fibra dietética, estas bacterias regulan el equilibrio metabólico e inmunológico.
También está la ‘Bifidobacterium’, un microorganismo que juega un papel clave en la regulación de nuestras defensas inmunológicas, especialmente en la primera infancia. Finalmente, en la microbiota intestinal neandertal, los investigadores identificaron a algunos de esos «viejos amigos», lo que confirma las hipótesis de los investigadores sobre la naturaleza ancestral de estos componentes y su reciente agotamiento en la microbiota intestinal humana debido a nuestro contexto de vida moderno.