Al observar al FC Barcelona se nota claramente todos los problemas por los que está pasando en la actualidad y que lo tienen penando en LaLiga y tambaleando en otras competiciones. Ese equipo dominador, que ejercía una presión agobiante y apabullaba con el balón a su rival ha desaparecido; en su lugar ha quedado un equipo insulso, que toca el balón para nada y si lo pierde suele sufrir en extremo con cada ocasión que le crea. Ronald Koeman se supone que llegó para solucionar esa fallas, pero estas se han acentuado al punto de que los problemas del equipo son mucho mayor de lo que se esperaba. Si bien la antigua dirigencia, encabezada por Josep Maria Bartomeu, confío en el neerlandés parece que será otro de los tantos fiascos que se cometieron con ellos al mando.
Todos esos errores en la dirigencia han desencadenado ese malestar en el campo de juego que se escenifica con la grave situación que pasan: sin identidad en el césped; terceros en Liga, a 10 puntos del Atlético de Madrid; emparejados en octavos de final con el PSG tras un mal cierre en al fase de grupos de Champions League; derrotados en al final de la Supercopa de España, ante un gran Athletic Club; y casi fuera por un Segunda B como el Cornellà de la Copa del Rey. No obstante, lo deportivo no es lo único que ha salido afectado y en al parte institucional, el Barcelona vive uno de los peores momentos de su historia que queda totalmente escenificado por la grave crisis económica por la que pasa el club catalán. La cantidad es exagerada y va mucho más allá del coronavirus.
Una gran deuda por todos lados
El Barça notificó en su página web, como quien no quiere la cosa, la memoria y cuenta de la temporada 2019-2020 y los números de la deuda que pesa sobre la entidad catalana son realmente escalofriantes. Las cuentas ya estaban listas desde el 17, pero Bartomeu no las había revelado al público debido a que no se pudo efectuar la Asamblea de compromisarios. Solo hasta que se supo el nombre de los tres candidatos a las elecciones, Joan Laporta, Toni Freixa y Víctor Font, pues se decidió mostrar los números a todos para que estos tuvieran una idea de como recibirían el club en caso de salir vencedores en los comicios. Los números son sobrecogedores y ponen en manifiesto una vez más lo mal que llevó Bartomeu el club con su política de renovaciones millonarias, cláusulas desmedidas y, sobre todos, fichajes mal efectuados.
En el Barcelona se reconoció que la deuda total asciende a los 1.173 millones de euros, unos 156 millones de euros más que la campaña anterior. Lo más grave es que al deuda a corto plazo es de 730 millones de euros, una cifra que pone en mucho peligro a una institución catalana que sí ha sido afectada por la crisis económica del coronavirus; pero que estas consecuencias van mucho más allá de lo que haya podido quedar de la pandemia. La deuda en sí queda dividida de la siguiente manera: 256 millones de euros se debe a los bancos, 164 millones que hay de deudas son con el personal deportivo, 298 millones en otros conceptos y 2,5 millones en obligaciones y valores negociables. Estos pagos el Barça pretende retrasarlos hasta junio de este año.
Fichajes que todavía no se han pagado
Los números realmente asustan, pero a toda esa deuda hay que sumarle que el Barcelona debe 126 millones de euros, que ascienden a 196 millones en total, a varios clubes debido a los distintos fichajes que ha realizado durante estas últimas temporadas. En el listado aparecen 19 futbolistas por los que se debe aún mucho dinero, pero realmente extrañan casos emblemáticos como los de Philippe Coutinho, Frenkie de Jong o Miralem Pjanic aunque también destacan el de varios futbolistas que ya no están en el equipo como Arthur, Malcom o Cucurella. Si bien aún debe recibir unos 46 millones de euros por algunos jugadores que ha vendido, esta cantidad no se acerca ni un poco a la estratosférica cifra que representan sus fichajes desmedidos; en los que mucho tuvo que ver la nula capacidad de negociar que tiene Bartomeu.
Por Coutinho se deben 29 millones de euros a corto plazo, la cifra llega a los 40 millones a largo plazo; en el caso de De Jong hay que pagar al Ajax 16 millones de euros a corto plazo (48 millones en total); por Pjanic la Juventus exige un pago de cinco millones de euros (de 52 millones en total). Hasta hay que pagarle cinco millones de euros más al Atlético por Griezmann. Otros casos que extrañan son los 10 millones de euros que se deben al Girondis por Malcom, los ocho millones de euros por Arthur al Gremio o los 2,5 millones de euros que le deben al Eibar luego de recomprar a Cucurella. Definitivamente los últimos negocios del Barcelona se efectuaron casi sin tener en cuenta las consecuencias y ahora el nuevo presidente deberá arreglárselas como pueda para resolver todo tanto el campo como en las oficinas.