Cuando una persona es intolerante a la lactosa, su organismo no puede digerir la lactosa que se encuentra presente en la leche y los productos derivados de esta. Como resultado, luego de ingerir algún producto lácteo puede presentar gases, hinchazón y diarrea. Si bien esta afección no suele pasar a problemas mayores, sus síntomas son molestos e incómodos para quienes la padecen.
La intolerancia a la lactosa se debe a que tu organismo no cuenta con la suficiente producción de lactasa, la cual es unaenzima es producida por tu intestino delgado. Si bien una persona con niveles bajo de lactasa puede digerir productos lactaos son ningún problema, pero en aquellos casos en los que la producción de esta enzima es demasiado baja, es cuando se produce esta afección y la persona se vuelve intolerante a la lactosa. Ya después es cuando los síntomas empezarán a manifestarse luego de que ingiera algún producto con lactosa.
Generalmente los síntomas suelen manifestarse luego de 30 minutos o 2 horas después de haber ingerido cualquier alimento con lactosa. Entre los síntomas más comunes se encuentran los siguientes:
- Cólicos.
- Diarrea
- Gases.
- Hinchazón.
- Náuseas.
- Vómitos.
Y aunque seas intolerante a la lactosa, esto no quiere decir que debas renunciar a todos los productos lácteos.
Causas de la intolerancia a los lácteos
Te vuelves intolerante a la lactosa cuando los niveles de lactasa en tu organismo son demasiado bajos. El trabajo de esta enzima es la de digerir y procesar los azucares de la leche y sus derivados, para así convertirlos en glucosa y galactosa, los cuales son azúcares simples que son absorbidos por la mucosa intestinal y así poder ingresar al torrente sanguíneo.
En caso de que la lactosa no sea digerida por la lactasa, esta se irá directo hasta el colon. Como resultado de esto las bacterias comunes interactuarán con la lactosa, provocando así los molestos síntomas de la intolerancia a la lactosa.
Ahora bien, existen 3 tipos de intolerancia, entre los cuales existen algunos factores diferentes que son los que producen esta afección:
- Intolerancia a la lactosa primaria.
- La intolerancia a la lactosa secundaria.
- Intolerancia a la lactosa hereditaria o de desarrollo.
Si crees que puedes ser intolerante a la lactosa, puedes ir a consulta con tu médico de cabecera. Especialmente si te preocupa no recibir la suficiente cantidad de calcio.
Tipos de intolerancia a la lactosa
- Intolerancia a la lactosa primaria: Este es el tipo más común. Al comienzo las personas que la padecen comienzan su vida produciendo lactasa a niveles normales. Pero la deficiencia de esta encima comienza a producirse cuando se reemplaza la leche por otros alimentos y como resultado los niveles de producción de lactasa se reducen drásticamente. Es así como al organismo se le dificulta la digestión de la lactosa. Generalmente la intolerancia a los lácteos primaria se suele generar durante el desarrollo, desde la infancia hasta la juventud y se termina manifestando en la adultez.
- La intolerancia a la lactosa secundaria: Generalmente se suele producir luego de alguna lesión, enfermedad o cirugía en el intestino delgado. Como resultado dicho órgano comienza a disminuir la cantidad de lactasa, por ende causa que el organismo no pueda procesar los lácteos . Algunas de las enfermedades que suelen estas vinculadas a esta afección son la intolerancia al gluten, la enfermedad de Crohn, alguna infección intestinal o la proliferación bacteriana.
- Intolerancia a la lactosa hereditaria o del desarrollo: Se presenta en aquellos casos en los que un bebé nace intolerante a los lácteos. Esto se debe a un trastorno hereditario llamado “autosómico recesivo”, el cual se genera debido a la misma variante genética transmitida por la madre y el padre. Aunque en algunos casos, se puede presentar esta afección en algunos bebés de nacimiento prematuro, los cuales no producen los niveles necesarios de lactasa para digerir los lácteos.
Factores de riesgo
Existen algunos factores que pueden causar que tú o tu familia se vuelvan propensos a esta afección:
- El nacimiento prematuro, como ya fue mencionado con anterioridad, puede generar que el bebé no produzca los noveles necesarios de lactasa.
- La puedes volverte intolerante a la lactosa al llegar a una determinada edad adulta, siendo poco frecuente detectar esta afección en los niños pequeños y los recién nacidos.
- Algunos tratamientos oncológicos, como la radioterapia contra el cáncer estomacal, o si presentas problemas en el intestino luego de la quimioterapia, es probable que puedas volverte intolerante a la lactosa.
- El origen étnico también puede influir pues esta afección suele ser muy frecuente en aquellas personas de origen asiático, nativo americano, africano e hispano.
- Luego de sufrir alguna enfermedad en el intestino delgado, es probable que termine dejando como se cuela la intolerancia a la lactosa. Y si padeces de intolerancia al gluten o la enfermedad de Crohn, es probable que también desarrolles esta afección.