El BCE asume una doble recesión de la eurozona sin desplegar nuevos estímulos

La economía de la zona euro volvió a contraerse durante el último trimestre de 2020 como consecuencia del impacto de los rebrotes de Covid-19 y de la reintroducción de restricciones para frenar la propagación del virus, lo que probablemente pesará también en la actividad de los tres primeros meses de 2021, condenando a la eurozona a una doble recesión, según ha señalado la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, quien ha señalado, no obstante, que este escenario no excede las previsiones de la entidad, que decidió mantener sin cambios sus medidas.

«Los datos económicos entrantes, las encuestas y los indicadores de alta frecuencia sugieren que los rebrotes de la pandemia y la intensificación de las medidas de contención probablemente hayan llevado a una disminución de la actividad en el cuarto trimestre de 2020 y también se espera que influyan en la actividad en el primer trimestre de este año», indicó la banquera francesa en la conferencia de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE.

Lagarde dejó claro que la prolongación de las restricciones y confinamientos en el primer trimestre de 2021 y las dificultades de la puesta en marcha de los programas de vacunación se habían tenido ya en cuenta en las últimas proyecciones macroeconómicas del BCE, publicadas el pasado mes de diciembre, por lo que estas «siguen siendo válidas», aunque la banquera central admitió que los riesgos para la economía siguen inclinándose a la baja, pero de manera «menos pronunciada».

El pasado mes de diciembre, el BCE anunció que espera una contracción del PIB de la zona euro del 7,3% en 2020, seguido de un rebote del 3,9% en 2021 y una aceleración del ritmo de crecimiento hasta el 4,2% un año después. Como es habitual, el BCE actualizará en su reunión de marzo estos pronósticos.

En este sentido, la presidenta del BCE defendió que en los últimos meses se han registrado hechos positivos como el lanzamiento de las vacunas contra la Covid-19, así como el acuerdo con el Reino Unido sobre las relaciones comerciales tras el ‘Brexit’ o el acuerdo de los líderes europeos acerca del fondo europeo Next Generation, además del resultado de las elecciones en Estados Unidos, a pesar del empeoramiento de la pandemia en varios países y la prolongación de confinamientos.

Las noticias sobre las perspectivas de la economía mundial, el acuerdo sobre las relaciones futuras entre la UE y el Reino Unido y el inicio de las campañas de vacunación son alentadoras, pero la pandemia y sus implicaciones para las condiciones económicas y financieras siguen siendo fuentes de riesgo a la baja», ha advertido.

En cualquier caso, Lagarde reiteró que el Consejo de Gobierno del BCE sigue vigilando atentamente la evolución de los acontecimientos y permanece listo para ajustar todas sus herramientas como sea apropiado con el fin de mantener unas condiciones de financiación favorables en la zona euro para todos los sectores.

En este sentido, si bien el BCE da por descontada la recaída del PIB de la eurozona, Lagarde ha subrayado durante su comparecencia ante la prensa que mantener unas condiciones favorables de financiación será «la brújula» que guíe la postura del banco central, que este jueves decidió mantener sin cambios los tipos de interés de referencia para sus operaciones de refinanciación en el 0%, mientras que la tasa de facilidad de depósito continuará en el -0,50% y la de facilidad de préstamo en el 0,25%.

Asimismo, la entidad presidida por Christine Lagarde mantuvo sin cambios el resto de sus instrumentos de política monetaria, después de haberlos ajustado en la reunión de diciembre, incluyendo el volumen de sus programas de compras de activos.

Sin embargo, el BCE ha avisado de que agotar o ampliar el importe de 1,85 billones de euros de su programa de compras de emergencia por la pandemia (PEPP), que se extenderá al menos hasta final de marzo de 2022, dependerá del mantenimiento de unas condiciones de financiación favorables durante la pandemia.

«Si las condiciones de financiación favorables pueden mantenerse con unos flujos de compras de activos que no agoten la dotación del programa durante el horizonte de las compras netas del PEPP, no será necesario utilizar la dotación íntegramente. Asimismo, esta dotación puede recalibrarse si es necesario para mantener unas condiciones de financiación favorables que contribuyan a contrarrestar el impacto negativo de la pandemia en la senda de la inflación», explicó la entidad.

Con respecto al resto de instrumentos, el banco central seguirá realizando compras netas de activos bajo su programa estándar (APP) a un ritmo mensual de 20.000 millones netos «durante tanto tiempo como sea necesario». El BCE reinvertirá los fondos de la deuda que venza durante un periodo de tiempo «prolongado» después de que empiece a subir los tipos de interés.

En último lugar, la autoridad monetaria ha indicado que seguirá proporcionado «amplia liquidez» a través de sus operaciones de refinanciación, especialmente a través del tercer programa de operaciones de refinanciación a largo plazo con objetivo específico (TLTRO-III).

EL BCE CON EL ‘PILOTO AUTOMÁTICO’.

La ausencia de reacción del BCE al deterioro de las condiciones macroeconómicas en la zona euro a raíz de la segunda ola de la pandemia, que probablemente acabe arrastrando a la región a una doble recesión, ha llevado a Konstantin Veit, senior portfolio manager euro rates de PIMCO, a concluir que la institución «continúa en piloto automático y, a falta de un apocalipsis zombi, no se espera ninguna decisión importante de política monetaria por su parte durante el primer semestre del año».

En este sentido, el experto ha señalado que el BCE vigilará de cerca la evolución de las condiciones macroeconómicas en los próximos meses y responderá a cualquier endurecimiento importante de las condiciones de financiación con el PEPP, en línea con su flexibilidad para controlar la curva de rendimientos, añadiendo que la reunión de septiembre «podría ser interesante, ya que el BCE tiene previsto concluir la revisión de su estrategia por esas fechas y probablemente comunicará el plan de juego del PEPP para 2022».

De su lado, Olivia Álvarez, analista de Monex Europe, ha señalado como punto más destacado de la conferencia de Lagarde la insistencia de la banquera francesa en ofrecer unas «condiciones de financiamiento favorables», aunque sin aclarar con exactitud el enfoque «holístico y multifacético» del banco central, que incluye múltiples factores de manera no lineal, como las condiciones de los préstamos interbancarios, el coste de los créditos al público y los intereses corporativos y gubernamentales, entre otros.

«Con esta vaga definición de la estrategia de política monetaria, Lagarde tiene un punto de ventaja: evitar la presión del mercado hacia una compra excesiva por parte del Banco», ha apuntado Álvarez, para quien uno de los mayores aciertos del BCE es justamente diseñar un programa de políticas flexibles entre sectores y países.