Hay jugadas que deberían enmarcarse y colgarse en un cuadro. Tanta habilidad y tanta belleza en unos 15 segundos espectaculares. Un jugador recibe un pase y por la banda izquierda del campo de juego avanza unos 25 metros haciendo “jueguitos” sin que el balón toque el piso. La verdad, una jugada perfecta.