La sensación de cansancio permanente se ha convertido en una compañera habitual para muchos españoles en su día a día. Esta vitamina ‘olvidada’ podría ser la clave para recuperar la vitalidad perdida y mejorar notablemente nuestra calidad de vida. Hablamos de la B12, un nutriente esencial que, pese a su importancia crítica para nuestro organismo, suele pasar desapercibido en las conversaciones sobre salud y bienestar. Su déficit está detrás de numerosos casos de fatiga persistente, especialmente entre personas vegetarianas y mayores de 50 años, quienes conforman los grupos de mayor riesgo.
El ritmo frenético de vida actual, combinado con hábitos alimenticios cada vez más alejados de la dieta mediterránea tradicional, ha provocado un aumento de las carencias nutricionales en la población española. Entre estas deficiencias, la falta de vitamina B12 destaca por sus efectos devastadores a largo plazo, pudiendo derivar no solo en fatiga crónica sino también en problemas neurológicos severos si no se detecta y trata adecuadamente. Los expertos en nutrición llevan años alertando sobre esta problemática, pero la información no siempre llega al público general con la claridad necesaria para tomar conciencia de su relevancia.
4DIAGNÓSTICO: LA IMPORTANCIA DE LAS ANALÍTICAS COMPLETAS
A pesar de su relevancia para la salud, los niveles de esta vitamina no siempre se incluyen en los análisis de sangre rutinarios que se realizan en atención primaria. Muchos españoles desconocen que pueden solicitar específicamente esta determinación, especialmente si presentan síntomas compatibles con su déficit o pertenecen a grupos de riesgo. La medición de los niveles de B12 sérica, junto con otros parámetros complementarios, proporciona información valiosa sobre nuestro estado nutricional y puede explicar síntomas persistentes que no han encontrado justificación en otras pruebas médicas.
Es importante destacar que los rangos de normalidad establecidos por los laboratorios suelen ser bastante amplios y no siempre reflejan niveles óptimos para todas las personas. Numerosos especialistas en medicina funcional consideran que valores situados en el límite inferior del rango, aunque técnicamente «normales», pueden resultar insuficientes para garantizar un funcionamiento metabólico adecuado en determinados individuos, especialmente en aquellos con mayor demanda energética o condiciones específicas que afecten al metabolismo. Por ello, la interpretación de los resultados debe realizarse siempre en el contexto clínico completo del paciente, valorando tanto los datos analíticos como los síntomas referidos.