La final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el FC Barcelona no solo dejó al conjunto blanco sin título, sino también una gran polémica que podría tener serias consecuencias para Jude Bellingham. El colegiado De Burgos Bengoetxea recogió en el acta que, «una vez terminado el encuentro, el futbolista inglés se dirigió hacia él en actitud agresiva, siendo necesaria la intervención de sus compañeros para contenerlo». Este episodio podría costarle una sanción ejemplar que oscilaría entre los 4 y los 12 partidos de suspensión.
El Código de Conducta de la RFEF es muy claro en casos de comportamiento agresivo hacia el árbitro, incluso si no se llega a producir contacto físico. De confirmarse la sanción en la horquilla más alta, Bellingham se perdería no solo lo que queda de temporada con el Real Madrid en LaLiga, sino también parte del inicio de la próxima campaña, afectando directamente a los planes de Carlo Ancelotti para el futuro inmediato del equipo. Si la sanción se quedase únicamente en cuatro encuentros de suspensión, el inglés se despediría de este curso viendo al equipo desde la grada.
Una sanción que podría dejar tocado al Real Madrid
La situación de Bellingham no es aislada, ya que Antonio Rüdiger también se enfrenta a una sanción aún más severa tras sus incidentes al término de la final. El defensa alemán podría ser castigado con 12 partidos o más, mientras que la expulsión de Lucas Vázquez por protestas verbales solo le supondrá un partido de suspensión en la próxima edición de la Copa del Rey. La diferencia en los castigos refleja la gravedad que el comité disciplinario otorga a las acciones más agresivas.
Para el Real Madrid, las posibles sanciones a Bellingham y Rüdiger representan un duro golpe en la recta final de la temporada. Con LaLiga todavía en juego y el objetivo de acabar lo más alto posible en la clasificación, perder a dos de sus pilares defensivos y de creación en el centro del campo compromete seriamente las opciones de éxito. Ancelotti, que ya estaba cuestionado tras los últimos tropiezos, tendrá que encontrar soluciones rápidas en una plantilla cada vez más justa de efectivos.
El impacto en el futuro inmediato de Bellingham
Más allá de la sanción deportiva, este episodio puede afectar también a la imagen pública de Bellingham, quien hasta ahora había gozado de un gran respeto tanto en España como en Inglaterra por su madurez y profesionalismo. Su reacción desaforada, aunque entendible en el contexto de la tensión competitiva, podría empañar una temporada en la que ha sido una de las grandes figuras del Real Madrid y de LaLiga.
El club blanco, mientras tanto, ya trabaja en su estrategia de defensa, buscando atenuar la sanción argumentando la falta de contacto físico y apelando a la tensión emocional de un partido de máxima exigencia. Sin embargo, será el Comité de Competición quien tenga la última palabra sobre el futuro inmediato de Bellingham en la competición doméstica.