Especial 20 Aniversario

El truco de frenar antes del radar ya no sirve: la DGT te sigue y te multa igual

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Durante años, muchos conductores han confiado en ese frenazo de última hora al divisar un radar, creyendo que así evitaban la temida multa por exceso de velocidad. Sin embargo, esos días han quedado atrás. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha implementado un sistema tan sofisticado como implacable que está dejando sin efecto estas maniobras evasivas.

Los radares de tramo de la DGT, combinados con dispositivos móviles, han cambiado por completo las reglas del juego en materia de control de velocidad. En este artículo te explicaremos cómo funcionan estos sistemas, dónde se encuentran instalados y por qué resultan tan efectivos.

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La ubicación estratégica de los dispositivos

La ubicación estratégica de los dispositivos
Fuente: Agencias

Actualmente, la DGT cuenta con 92 radares de tramo distribuidos por todo el territorio nacional, a los que hay que sumar los gestionados por algunas comunidades autónomas. Estos dispositivos no se colocan al azar, sino que se instalan en puntos considerados críticos por su siniestralidad o por ser habituales escenarios de excesos de velocidad.

En Albacete, por ejemplo, encontramos uno de estos sistemas en la N-344, entre los kilómetros 109.995 y 117.995. En Asturias, la A-8 cuenta con un radar de tramo en el punto kilométrico 505.05. Madrid, como era de esperar, dispone de varios de estos dispositivos en sus principales accesos, como la A-4 y la AP-6. En Murcia, la A-7 está vigilada por otro de estos sistemas entre los kilómetros 634.5 y 635.951.

Lo peculiar de estos radares es que, a diferencia de los tradicionales, su ubicación suele estar señalizada. La DGT no pretende esconderlos, sino todo lo contrario: quiere que los conductores sepan que están siendo vigilados a lo largo de todo un tramo, no solo en un punto concreto. Esta transparencia busca modificar el comportamiento de los conductores de forma permanente, no solo cuando creen que están siendo observados.