La salud del rey emérito Juan Carlos I ha llegado a un punto de no retorno. Las recientes pruebas médicas que fueron realizadas antes de su viaje a Sanxenxo la semana pasada confirmarían lo que sus cercanos y expertos venían anticipando: el deterioro físico y cognitivo del padre de Felipe VI ya no tiene marcha atrás.
A sus 87 años, el rey emérito se enfrenta a un cuadro clínico que, además de limitar su movilidad, también señala una progresiva pérdida de independencia. La información, publicada por el medio En Blau, adelanta que su pierna izquierda ya no responde, agregando este diagnóstico a una lista de complicaciones que involucran: artrosis avanzada, degeneración ósea y episodios crecientes de desorientación o incluso supuesta demencia senil.
3El declive cognitivo de Juan Carlos I
Su cuerpo no es lo único que claudica. Según testigos cercanos, el emérito ha experimentado episodios frecuentes de confusión en los últimos meses. Está olvidando los nombres de personas conocidas, repite preguntas y, se ha desorientado en entornos familiares.
«Se le ha visto confundiendo a personas cercanas, olvidando nombres y algunos detalles importantes de su vida», detalla EN Blau. Aunque los síntomas, aún no han sido diagnosticados como demencia, se presume un deterioro cognitivo que avanza cada día.