En España, cumplir 52 años y quedarse sin empleo puede ser tan angustiante como incierto. Las oportunidades escasean, los contratos brillan por su ausencia y el currículum, por más nutrido que esté, parece perder brillo frente a los perfiles más jóvenes. Ante esta realidad, el SEPE ofrece un salvavidas económico a quienes, con más experiencia que suerte, buscan reinsertarse en un mercado laboral cada vez más exigente.
Hablamos del subsidio para mayores de 52 años, una ayuda mensual que va mucho más allá del ingreso económico. Este respaldo permite, además, seguir cotizando para la jubilación, lo cual es vital para quienes se acercan al final de su vida laboral. Pero atención: hay un requisito clave que, si no se cumple, puede conllevar la pérdida inmediata del subsidio. El SEPE ha sido tajante al respecto.
1Un subsidio pensado para quienes han trabajado toda la vida
El subsidio para mayores de 52 años no es una ayuda cualquiera. Es una prestación no contributiva diseñada específicamente para quienes han dedicado años al trabajo, pero ahora se encuentran en situación de desempleo. A diferencia del paro tradicional, este subsidio no exige haber cotizado en los últimos meses, sino haber acumulado años de aportes a lo largo de la vida laboral.
Desde el SEPE explican que su objetivo es doble: proporcionar una ayuda económica mensual —una especie de red de seguridad— y, a su vez, garantizar que los beneficiarios sigan cotizando a la Seguridad Social. De este modo, cuando llegue el momento de jubilarse, su pensión no se verá mermada por los años sin trabajo.
La cuantía de esta prestación se fija en base al IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples), que en 2025 está estipulado en 600 euros. Así, la ayuda asciende al 80 % de esa cantidad: 480 euros al mes. Este importe se percibe cada mes, sin interrupciones, salvo que el beneficiario incumpla alguno de los requisitos establecidos por el SEPE.