Las pantallas inteligentes han revolucionado la forma en que consumimos contenidos audiovisuales en nuestros hogares. Una Smart TV ofrece infinitas posibilidades de entretenimiento, desde servicios de streaming hasta videojuegos, todo ello conectado a internet para brindarnos una experiencia personalizada. Sin embargo, detrás de esta comodidad se esconde una realidad inquietante que pocos usuarios conocen: estos dispositivos recopilan constantemente información sobre nuestros hábitos de consumo y, en algunos casos, incluso escuchan nuestras conversaciones privadas.
La tecnología avanza a pasos agigantados, pero la transparencia sobre cómo funcionan estos aparatos no siempre va a la par. Los fabricantes de televisores inteligentes han implementado sistemas como el reconocimiento automático de contenido (ACR) y micrófonos permanentemente activos que, bajo la promesa de mejorar nuestra experiencia de usuario, registran meticulosamente cada programa que vemos, cada aplicación que utilizamos e incluso lo que decimos en la intimidad de nuestro salón. Esta práctica, que roza lo intrusivo, plantea serias cuestiones sobre privacidad que merecen nuestra atención inmediata.
4CÓMO PROTEGER TU PRIVACIDAD EN POCOS PASOS
Afortunadamente, existen medidas concretas que cualquier usuario puede implementar para reducir drásticamente el espionaje de su Smart TV. El primer paso consiste en acceder al menú de configuración del dispositivo y buscar las opciones relacionadas con la privacidad, donde encontraremos la posibilidad de desactivar el reconocimiento automático de contenido. Aunque la ubicación exacta de esta opción varía según el fabricante y modelo, generalmente se encuentra dentro de los apartados de «configuración avanzada» o «términos y condiciones».
Para neutralizar la escucha no deseada, es fundamental revisar las opciones de control por voz. La mayoría de Smart TV permiten desactivar completamente esta función o limitarla para que solo se active cuando pulsamos un botón específico del mando a distancia. En los modelos que no ofrecen esta posibilidad, una solución efectiva consiste en desconectar físicamente el televisor de internet cuando no estemos utilizando servicios que requieran conexión. Aunque pueda parecer un retroceso en términos de comodidad, el beneficio en privacidad compensa ampliamente este pequeño inconveniente.