El regreso de Joaquín Caparrós al banquillo del Sevilla FC ha dejado una huella clara desde el primer encuentro, a pesar de que el equipo no logró pasar del empate a uno frente al Alavés. El veterano técnico andaluz volvió a dirigir a los suyos con su estilo característico y dejó varias decisiones que contrastan fuertemente con las tomadas por su antecesor, García Pimienta. Si bien el juego colectivo del equipo estuvo lejos de ser brillante, el encuentro sirvió para evidenciar la valentía y determinación táctica del utrerano.
Una de las decisiones que más ha llamado la atención ha sido la titularidad de Peque como delantero centro. El ex del Racing de Santander apenas había contado para García Pimienta y, cuando lo hacía, era en una posición alejada del área. Sin embargo, Caparrós confió en él como referencia ofensiva y el joven respondió con el único gol sevillista. Una muestra de que, a veces, solo se necesita una oportunidad y un técnico que sepa ver el potencial real de sus jugadores.
Una nueva oportunidad para Suso
La otra gran lección táctica de Caparrós en su debut ha sido la recuperación de Suso, un futbolista que había quedado completamente relegado al ostracismo durante toda la temporada. Sin minutos ni protagonismo, el gaditano parecía olvidado en la plantilla hasta que el nuevo técnico decidió darle una oportunidad. Y el atacante no defraudó, mostró movilidad, precisión en el pase y conexión con sus compañeros, aportando una chispa que la línea ofensiva sevillista había echado en falta.
Al finalizar el partido, Caparrós fue claro sobre esta decisión, «Suso es un jugador que tiene algo, que siempre le da algo al equipo y a sus compañeros. Le he visto implicado y los buenos jugadores tienen que jugar siempre». Con estas palabras, dejó claro que el talento y la actitud serán prioritarios por encima de nombres o jerarquías establecidas anteriormente, algo que sin duda remueve las aguas en el vestuario del Sánchez-Pizjuán.
Caparrós, un mensaje claro y directo a García Pimienta
La gestión del primer partido por parte de Caparrós ha sido, en muchos sentidos, una llamada de atención al trabajo previo de García Pimienta. No por el resultado, sino por la capacidad de detectar y utilizar recursos que habían sido ignorados. Apostar por Peque como delantero y recuperar a Suso para la causa son gestos que demuestran la experiencia y la visión del entrenador sevillano.
A partir de ahora, la afición del Sevilla FC estará muy atenta a los siguientes pasos del técnico utrerano. Si logra consolidar a estos jugadores y obtener resultados positivos, no solo reactivará al equipo en lo deportivo, sino que también pondrá en entredicho decisiones del pasado. Lo cierto es que Caparrós ha llegado para agitar el vestuario y lo ha hecho desde el primer minuto.