La Real Sociedad podría revivir un escenario ya conocido por sus aficionados, el de ver partir a una de sus joyas justo cuando empieza a brillar. El nombre propio en esta ocasión es Luka Sucic, centrocampista croata que ha sido una de las revelaciones de la temporada en el conjunto txuri-urdin. Su irrupción ha despertado el interés de varios clubes de la Premier League, que ven en él a un talento con margen de mejora y una mentalidad preparada para el salto.
La situación recuerda inevitablemente al caso Odegaard, quien tras firmar una temporada brillante en la Real Sociedad regresó al Real Madrid antes de fichar por el Arsenal, donde ahora es una de las estrellas del equipo londinense. La sensación de que Sucic está siguiendo un camino similar mantiene en alerta a la afición de Anoeta, que teme volver a perder a un futbolista en pleno crecimiento.
Un mensaje claro, pero con matices
En una reciente entrevista, el propio Luka Sucic fue sincero sobre su futuro, dejando entrever que su estancia en Donostia es parte de un plan mayor. «La Real es un paso intermedio para crecer y luego estar preparado para jugar en los mejores clubes del mundo. Pero soy paciente. No busco moverme del club ni este verano ni el siguiente. Necesito mejorar, ayudar al equipo, progresar y veremos qué pasa. Mi cabeza únicamente está en la Real, ahora mismo», declaró el futbolista croata.
Sus palabras, aunque tranquilizadoras a corto plazo, contienen matices que abren la puerta a una salida futura. Un discurso muy similar al que ya ofrecieron en su día tanto Odegaard como Isak. Ambos dejaron huella en la Real Sociedad antes de dar el salto a equipos más poderosos, dejando una mezcla de orgullo y resignación entre los aficionados.
Odegaard, Isak y… ¿Sucic?
Según fuentes cercanas al club, varios equipos de la Premier League ya han preguntado por la situación de Sucic. Su juventud, versatilidad en el centro del campo y madurez táctica lo convierten en una pieza muy codiciada. La Real Sociedad, por su parte, no tiene intención de desprenderse de él en el corto plazo, y el contrato del jugador blinda parcialmente al club en lo económico.
Sin embargo, como ya ocurrió con Odegaard o Isak, cuando un jugador se marca objetivos más ambiciosos y equipos con gran poder adquisitivo llaman a la puerta, la realidad del mercado se impone. En Anoeta ya lo saben, disfrutar de talentos como Sucic implica asumir el riesgo de que, tarde o temprano, puedan tomar otro rumbo en su carrera.