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¡La OCU alerta! Evita comprar merluza en estos dos supermercados

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En los hogares españoles, la merluza es una invitada habitual. Blanca, versátil y de textura suave, se ha ganado su lugar como una de las opciones favoritas para cocinar al horno, rebozada o a la plancha. Pero no todo lo que parece merluza lo es. Y si es congelada, aún menos. Así lo ha revelado recientemente un riguroso estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que pone el foco en la calidad de los filetes que compramos sin mirar demasiado.

La investigación ha dejado al descubierto algo que muchos consumidores temían: no todos los supermercados ofrecen el mismo estándar de calidad cuando se trata de merluza congelada. Y, en este caso, hay dos cadenas que, según la OCU, han quedado especialmente mal paradas.

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Carrefour: calidad discreta y problemas similares

Carrefour: calidad discreta y problemas similares
Fuente: Agencias

Muy cerca de Alcampo, aunque ligeramente por encima en la tabla, se encuentra Carrefour. La OCU ha otorgado a su filete de merluza congelada una nota que apenas mejora la del anterior, y eso se debe a que las deficiencias detectadas son, en esencia, las mismas.

El etiquetado vuelve a estar en el centro de las críticas. Según la OCU, no se especifica con claridad la especie exacta del pescado, lo cual impide al consumidor saber con certeza qué está comprando. Esta falta de precisión puede dar pie a malentendidos, especialmente cuando hablamos de un producto que, visualmente, puede parecerse mucho a otros pero con diferencias claras en sabor, textura y origen.

En cuanto a la calidad culinaria, la merluza de Carrefour tampoco brilla. Los expertos que participaron en las pruebas sensoriales describieron una textura aguada tras la descongelación, con escasa firmeza y un sabor poco definido. Esto, en la práctica, limita mucho las posibilidades en la cocina: un filete que se deshace al tocarlo con la espátula no es el mejor aliado para una receta al horno o una sartén bien caliente.

La OCU, en su análisis, deja claro que el producto cumple con los mínimos legales, pero no alcanza el nivel de exigencia que los consumidores merecen. Y en un supermercado de esta envergadura, ese margen de mejora debería ser prioritario.