En los hogares españoles, la merluza es una invitada habitual. Blanca, versátil y de textura suave, se ha ganado su lugar como una de las opciones favoritas para cocinar al horno, rebozada o a la plancha. Pero no todo lo que parece merluza lo es. Y si es congelada, aún menos. Así lo ha revelado recientemente un riguroso estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que pone el foco en la calidad de los filetes que compramos sin mirar demasiado.
La investigación ha dejado al descubierto algo que muchos consumidores temían: no todos los supermercados ofrecen el mismo estándar de calidad cuando se trata de merluza congelada. Y, en este caso, hay dos cadenas que, según la OCU, han quedado especialmente mal paradas.
2Alcampo: la merluza que genera más dudas que confianza
El producto de marca blanca de Alcampo ha sido, sin lugar a dudas, el más señalado por la OCU. Con una puntuación de apenas 52 sobre 100, se sitúa en el último puesto de la comparativa. El problema no es únicamente su bajo rendimiento en las pruebas sensoriales —textura blanda, sabor plano y descongelado irregular—, sino, sobre todo, la poca transparencia de su etiquetado.
Según la OCU, se encontraron discrepancias preocupantes entre lo que indica el envase y lo que realmente contiene el producto. Por ejemplo, algunos filetes vendidos como “merluza del Cabo sin piel” no corresponden a esa especie en concreto. En lugar de la esperada Merluccius capensis o Merluccius paradoxus, el consumidor podría estar llevándose a casa un tipo de merluza diferente, de menor valor y calidad.
A esta confusión se suma otra cuestión importante: el peso. Los análisis detectaron diferencias entre el peso real del contenido y lo que figura en el etiquetado. Un detalle que no es menor, porque cuando se paga por peso, cada gramo cuenta. Literalmente.
Este cúmulo de errores y falta de precisión ha llevado a la OCU a posicionar a Alcampo como la opción menos fiable a la hora de comprar merluza congelada. Una sentencia contundente que resuena fuerte en una época donde los consumidores valoran más que nunca la transparencia y la calidad de lo que comen.