Arteta envía un mensaje clave al Real Madrid tras una noche histórica en el Bernabéu
El Arsenal de Mikel Arteta escribió una de las páginas más memorables de su historia reciente al sellar su clasificación a las semifinales de la UEFA Champions League. No solo fue un triunfo deportivo, sino también un golpe simbólico que resonó en todo el continente. Y, especialmente, en el corazón del madridismo. Porque no se trató de cualquier victoria. Fue en el Santiago Bernabéu, un estadio acostumbrado a las remontadas imposibles, donde el conjunto inglés impuso su carácter, su fútbol y su plan con una claridad que dejó sin respuestas al Real Madrid.
Esta vez, no hubo milagro blanco. Y Arteta, con sus palabras, se encargó de que nadie lo olvidara. El técnico español habló con la satisfacción de quien sabe que ha hecho historia. Y también con la contundencia de quien quiere dejar un mensaje. El nuevo Arsenal está listo para competir con los más grandes. Sus declaraciones no tardaron en dar la vuelta al mundo.
El triunfo del método Arteta
Más allá del resultado, Arteta subrayó la manera en la que se logró. No fue solo ganar, fue cómo se ganó, y contra quién. “Estoy feliz, es la tercera vez en la historia del club que estamos en semifinales de la Champions. Y más allá del hecho de estar ahí, es el cómo: ante un rival de este nivel, en un estadio como este”, expresó con orgullo. El entrenador quiso destacar la madurez emocional de su equipo, una virtud que muchas veces marca la diferencia en noches europeas como esta.
“Ellos generan caos, pero supimos mantenernos emocionalmente estables”, explicó. Y tenía razón. El Arsenal no se dejó arrastrar por el vértigo que suele imponer el Madrid en su casa. Se mantuvo firme, con la cabeza fría, y dominó los tiempos del partido. Mostró la imagen de un equipo sólido, sin fisuras, diseñado para competir al más alto nivel y capaz de dar golpes de autoridad fuera de casa.
Rice, figura absoluta; y un penalti sin consecuencias
Si hubo un nombre que se destacó en la eliminatoria, fue el de Declan Rice. El mediocampista inglés jugó una serie monumental, siendo clave tanto en la ida como en la vuelta. Y su entrenador lo reconoció sin rodeos: “Impresionante. Ha decidido gran parte de la eliminatoria con personalidad y presencia en un escenario así. Chapeau.” Rice fue el equilibrio, el ancla del equipo. Cortó, distribuyó, sostuvo y apareció siempre que fue necesario. Actuó como un líder silencioso, con la serenidad de un veterano y la determinación de quien sabe que está llamado a marcar una época en el club. No todo, sin embargo, fue perfecto.
Bukayo Saka falló un penalti, intentando una definición a lo Panenka que fue detenida por Thibaut Courtois. Arteta no esquivó el tema. “Igual darle un cachete me han dado ganas. Ha tomado esa decisión y ya está. Me preocupaba lo que se podía generar a nivel anímico”, confesó entre risas. Por si fuera poco, el míster sorprendió al revelar que había conversado previamente con el mismísimo Pep Guardiola. «Si estoy aquí en gran parte es gracias a él y esta mañana he llamado a Pep Guardiola. Es un agradecimiento que le voy a tener siempre», sentenció.