La infanta Cristina ha sido durante décadas la hermana más discreta de la familia real española. Mientras su padre, Juan Carlos I, era protagonista de escándalos públicos y situaciones mediáticas, ella se mantuvo bajo perfil, enfocada en su familia y labores sociales.
Sin embargo, luego de años de especulaciones, ha salido a la luz un secreto que la Casa Real intentó mantener bajo llave: su lucha contra el alcoholismo. Han informado a En Blau algunos medios cercanos al entorno monárquico que la infanta Cristina, hija menor del emérito, recibió tratamiento en clínicas de Madrid y Ginebra para tratar su adicción.
3La relación entre Elena y Cristina ha sido un pilar para sobrellevar las crisis
Ambas hermanas apoyaron a su padre, Juan Carlos I, incluso cuando sus polémicas mancharon la imagen de la monarquía. Sin embargo, la adicción de Cristina pudo crear roces. Los rumores indican que Elena tuvo que asumir un rol casi materno con ella.
Esta relación entre hermanas se puso a prueba durante los años más difíciles del exilio del emérito. Mientras Cristina buscó reorganizar su vida en Suiza, Elena se convertía en su «puente» con la familia en España, gestionando visitas y tratamientos discretamente para no llamar la atención de la prensa.