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¿Dónde es obligatorio el distintivo ambiental de la DGT y qué pasa si no lo llevas?

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La movilidad sostenible se ha convertido en una de las grandes políticas públicas de nuestro país. La necesidad de reducir los niveles de contaminación en las ciudades, mejorar la calidad del aire y adaptarse a los estándares medioambientales ha llevado a la implementación de medidas orientadas a ordenar el tráfico según el tipo de vehículo. Una de las herramientas más visibles —y también más debatidas— es la etiqueta medioambiental de la Dirección General de Tráfico (DGT).

El debate sobre si es obligatorio o no llevar este distintivo pegado en el parabrisas ha generado cierta confusión entre los conductores. A pesar de que la DGT no ha impuesto una obligatoriedad generalizada en todo el país, muchas ciudades han desarrollado normativas propias que condicionan la circulación de los vehículos a la portación visible de esta etiqueta.

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DGT: las sanciones por no llevar la etiqueta en zonas restringidas

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Fuente: Agencias

En aquellas ciudades donde se han implementado medidas de restricción de tráfico basadas en las emisiones, no llevar el distintivo ambiental puede traducirse directamente en una multa. Esto sucede especialmente en las Zonas de Bajas Emisiones, donde los agentes de tráfico y los sistemas de control automático verifican la categoría del vehículo en función del distintivo visible en el parabrisas.

Al no contar con esa información a la vista, las autoridades pueden asumir que el vehículo no cumple con los requisitos ambientales exigidos para circular por la zona, lo que puede derivar en sanciones económicas que oscilan entre los 90 y los 200 euros, dependiendo del municipio. En ciudades como Madrid, por ejemplo, el incumplimiento de las normas de acceso a las ZBE se considera una infracción grave y está sujeta a vigilancia por cámaras y sistemas automatizados que controlan el tránsito.

Es importante señalar que el simple hecho de que un vehículo esté correctamente clasificado en el registro de la DGT no es suficiente si no lleva el distintivo físico colocado. En muchas ocasiones, los sistemas automáticos no acceden a la base de datos en tiempo real y se basan únicamente en la verificación visual del distintivo. Por lo tanto, la única forma de asegurarse de que se está cumpliendo con la normativa es llevar la etiqueta correctamente colocada.