Especial 20 Aniversario

Este ingrediente olvidado es el antiinflamatorio natural que tus rodillas van a agradecer

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Hay tesoros escondidos en la despensa, ingredientes que han formado parte de la sabiduría popular durante siglos y que, de repente, la ciencia moderna rescata del olvido para recordarnos su valía. Hablamos de especias vibrantes, de raíces con historias milenarias que prometen mucho más que sabor; prometen bienestar, y una de ellas, de un color dorado inconfundible, se perfila como un aliado excepcional para nuestras castigadas articulaciones, especialmente esas rodillas que acumulan kilómetros y esfuerzos. Este componente es un potente antiinflamatorio natural, cuyo principal activo, la curcumina, está acaparando la atención de investigadores y de cualquiera que busque alternativas naturales para sentirse mejor.

El trajín diario, las malas posturas, el inevitable paso del tiempo o la práctica deportiva pueden pasar factura a nuestro sistema musculoesquelético, generando molestias e inflamación que merman nuestra calidad de vida. En esa búsqueda constante de alivio, a menudo recurrimos a soluciones rápidas que no siempre son las más amables con nuestro organismo a largo plazo. Sin embargo, la naturaleza nos brinda opciones fascinantes como la cúrcuma, esa especia que tiñe de sol los curris y que ahora se revela como mucho más que un simple colorante o condimento exótico; es un regalo ancestral cuyas propiedades beneficiosas, sobre todo su capacidad para modular la inflamación, merecen ser redescubiertas y aprovechadas en nuestro día a día.

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EL TRUCO DEL ALMENDRUCO: MAXIMIZANDO LA ABSORCIÓN DE ESTE ANTIINFLAMATORIO NATURAL

Fuente: Freepik

A pesar de sus prometedoras propiedades, la curcumina presenta un desafío importante: su biodisponibilidad es relativamente baja. Esto significa que, cuando consumimos cúrcuma en su forma natural, solo una pequeña fracción de la curcumina logra pasar del intestino al torrente sanguíneo para ejercer sus efectos sistémicos, ya que es metabolizada y eliminada rápidamente por el organismo. Este obstáculo ha llevado a investigar estrategias para mejorar su absorción y potenciar así su eficacia, especialmente cuando se busca un efecto antiinflamatorio notable más allá del tracto digestivo.

Afortunadamente, existen trucos sencillos y naturales para sortear esta limitación, siendo el más conocido y respaldado por la ciencia la combinación de la cúrcuma con pimienta negra. La pimienta negra contiene piperina, un alcaloide que ha demostrado aumentar la biodisponibilidad de la curcumina hasta en un 2000%, al inhibir algunas de las enzimas responsables de su metabolismo en el hígado y la pared intestinal. Otro consejo útil es consumir la cúrcuma junto con alguna fuente de grasa saludable (como aceite de oliva, aguacate o frutos secos), ya que la curcumina es liposoluble, lo que facilita su absorción a través de la membrana intestinal. Integrar la cúrcuma en guisos, sopas, batidos o preparar la famosa «leche dorada» (cúrcuma, pimienta, leche o bebida vegetal y un poco de grasa) son formas deliciosas y efectivas de aprovechar al máximo este tesoro natural.