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Un médico lo aclara: esta señal en tus uñas puede ser más peligrosa de lo que parece

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Prestar atención a los pequeños cambios en nuestro cuerpo puede marcar la diferencia entre detectar a tiempo una deficiencia o permitir que evolucione hacia un problema más grave. Las uñas, esas estructuras aparentemente simples que muchos consideran solo una cuestión estética, pueden revelar importantes señales sobre nuestra salud interna que no deberíamos ignorar. Expertos sanitarios advierten que ciertos cambios en la coloración o textura pueden indicar desde simples carencias nutricionales hasta condiciones médicas que requieren atención inmediata.

La medicina actual reconoce que nuestro organismo funciona como un sistema integrado donde cada parte refleja el estado del conjunto. Cuando las uñas presentan alteraciones como fragilidad extrema, coloración blanquecina o una curiosa concavidad hacia el interior —conocida como coiloniquia—, podemos estar ante un signo de alarma que merece consideración profesional. Según los especialistas, estas manifestaciones podrían indicar una deficiencia de hierro que, de no tratarse adecuadamente, derivaría en anemia ferropénica y complicaciones más serias para nuestra salud general.

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LA CONEXIÓN CIENTÍFICA ENTRE LAS UÑAS Y LA FALTA DE HIERRO

Fuente: Freepik

El hierro desempeña funciones esenciales en nuestro organismo que van mucho más allá de lo que comúnmente se conoce. Su participación resulta fundamental para la formación de hemoglobina, proteína encargada de transportar el oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos. Cuando los niveles de este mineral disminuyen significativamente, las células reciben menos oxígeno y nutrientes, afectando particularmente a tejidos de rápida renovación como las uñas y el cabello, lo que explica por qué estos son los primeros en manifestar signos visibles de carencia.

Las investigaciones médicas han establecido una correlación directa entre la morfología ungueal y los niveles séricos de hierro. Los estudios demuestran que la matriz de la uña, zona desde donde se genera el crecimiento, requiere un suministro constante de nutrientes para desarrollarse adecuadamente. Las uñas sanas necesitan cantidades adecuadas de hierro, zinc y proteínas para mantener su estructura normal. La deficiencia prolongada de hierro provoca alteraciones en la queratinización y en la estructura tridimensional de la lámina ungueal, manifestándose en esa característica forma cóncava que los especialistas identifican inmediatamente como un signo de alerta.