En las próximas semanas, los conductores que circulen por las carreteras españolas deberán prestar especial atención al velocímetro. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha lanzado una campaña intensiva de vigilancia con un único objetivo: reducir la siniestralidad en las vías mediante un control exhaustivo de la velocidad.
Esta medida no solo contempla la instalación de nuevos radares móviles y fijos, sino que incluye un despliegue tecnológico y humano sin precedentes en puntos estratégicos de la red vial nacional. A continuación, te contaremos dónde se ubicarán estos dispositivos, cómo funcionan y qué busca realmente la DGT con esta iniciativa.
5¿Están obligados a señalizar los radares móviles?: la letra pequeña de la normativa
Una de las dudas más recurrentes es si la DGT debe, o no, informar sobre la ubicación de los radares móviles. La respuesta es clara: no están obligados a hacerlo. A diferencia de los fijos, cuya señalización es exigida por ley, los móviles pueden operar de forma totalmente discrecional.
Esto se ampara en el Reglamento General de Circulación y en un Real Decreto que respalda legalmente el uso no señalizado de estos dispositivos, siempre y cuando estén gestionados por agentes de la autoridad o entidades competentes.
La propia DGT defiende esta práctica bajo un argumento lógico: la incertidumbre es un gran aliado de la prevención. Si el conductor desconoce cuándo y dónde puede haber un radar, tenderá a mantener una velocidad prudente en todo momento, no solo en los tramos señalizados. En otras palabras, el objetivo no es multar, sino evitar conductas de riesgo.
Esta filosofía, aunque discutida por algunos sectores, ha demostrado ser efectiva en distintos países europeos y se alinea con las estrategias de disuasión activa aplicadas a otros ámbitos del tráfico, como los controles de alcoholemia aleatorios.