Especial 20 Aniversario

Tu piel lo adora, pero este ingrediente natural puede estar liándola con tus hormonas

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En la actualidad, miles de españoles utilizan a diario productos para el cuidado de la piel sin conocer realmente qué contienen esos frascos y tubos que pueblan sus cuartos de baño. La piel, nuestro órgano más extenso, absorbe buena parte de lo que le aplicamos, convirtiendo cada crema o loción en una puerta de entrada directa a nuestro organismo. Resulta paradójico que mientras leemos detenidamente las etiquetas de los alimentos, prestemos tan poca atención a los componentes de los productos que literalmente bañan nuestra epidermis durante horas.

Los fabricantes de cosméticos han empleado durante décadas ciertos conservantes y fijadores que alargan la vida útil de sus productos y mejoran su textura. Entre estos compuestos destacan los parabenos y ftalatos, sustancias que, aunque eficaces para mantener la integridad de cremas y lociones, han comenzado a levantar sospechas entre la comunidad científica. Investigaciones recientes sugieren que estas sustancias químicas, presentes en innumerables productos para la piel, podrían interferir en nuestro sistema endocrino con consecuencias potencialmente graves para la salud hormonal.

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LOS SIGNOS SUTILES DE QUE TUS HORMONAS ESTÁN SIENDO ALTERADAS

Los desequilibrios hormonales provocados por disruptores endocrinos como parabenos y ftalatos no suelen manifestarse de manera inmediata ni espectacular, lo que dificulta establecer relaciones causa-efecto. Sin embargo, ciertos síntomas pueden servir como señales de alerta: alteraciones menstruales, cambios en el estado de ánimo o fluctuaciones de peso inexplicables pueden ser indicadores. La falta de energía crónica o los problemas de fertilidad también podrían vincularse a la exposición continuada a estos compuestos que interactúan con la piel y posteriormente con nuestro sistema endocrino.

Las investigaciones epidemiológicas comienzan a establecer correlaciones entre la exposición a parabenos y ftalatos y el aumento de ciertas patologías relacionadas con desequilibrios hormonales. El incremento de casos de pubertad precoz, endometriosis o síndrome de ovario poliquístico en sociedades occidentales coincide con el uso masivo de estos conservantes en productos para la piel durante las últimas décadas, aunque establecer una relación causal definitiva requiere más investigación. No obstante, el principio de precaución sugiere que deberíamos reconsiderar nuestra exposición a estas sustancias, especialmente considerando que la piel las absorbe con relativa facilidad.