Lamine Yamal pidió su relevo y dejó paso a Ansu Fati
La gran noche europea del FC Barcelona ante el Borussia Dortmund dejó más que un marcador abultado. A falta de cuatro minutos para el final, Lamine Yamal, una de las grandes figuras del partido, levantó la mano y pidió el cambio. Había marcado uno de los goles y corrido como siempre, pero el cansancio pudo más. No estaba lesionado, solo agotado. Sabe que la temporada es larga y que lleva muchos minutos en las piernas. Hansi Flick, atento como siempre al estado físico de sus jugadores, no dudó en concederle el cambio.
Pero lo que vino después no fue una sustitución cualquiera. Cuando el cuarto árbitro levantó el cartelón, el estadio se levantó en aplausos. Era el regreso de Ansu Fati, quien volvía al césped tras 95 días de ausencia. Y fue Lamine Yamal quien, con total naturalidad, le cedió su lugar al ‘10’ del Barça. No hizo falta más. Fue un gesto que trasciende lo deportivo, un momento que habla de compañerismo, respeto y sensibilidad. Lamine entendió la ocasión y permitió que su compañero, apartado durante meses, pudiera reencontrarse con la afición en una noche tan especial.
Ansu Fati, una ovación que rompe el silencio
Ansu Fati no jugaba desde el pasado 4 de enero, cuando disputó apenas 28 minutos ante el Barbastro en Copa del Rey. Desde entonces, su presencia se fue apagando, fuera de convocatorias, sin minutos en Liga, ni rastro en Europa. En partidos donde parecía tener alguna opción, como ante el Betis, ni siquiera ingresó pese a calentar. El reencuentro con el césped de Montjuïc fue breve, pero cargado de emoción. El partido estaba sentenciado, con el 4-0 en el marcador, pero ese instante valió oro para él.
Fue una especie de alivio después de tantos días en la sombra. “Está entrenando muy bien y se merecía jugar”, declaró Flick tras el encuentro. La afición lo entendió. Respondió con una ovación cerrada, esa que a veces dice más que cualquier palabra. Reconoció su talento, pero también su resiliencia. Porque no es fácil ver pasar los partidos desde la grada y seguir creyendo, seguir entrenando como si el momento fuera a llegar en cualquier instante.
Lamine Yamal y Ansu Fati, dos caminos que se cruzan
Mientras Lamine Yamal sigue sumando méritos y consolidándose como un titular indiscutido para Flick —ya acumula 43 partidos esta temporada y suele jugar los 90 minutos—, el presente de Ansu Fati es completamente distinto. Apenas 192 minutos en toda la campaña, sin goles ni asistencias, y solo una titularidad. Su última aparición en la Champions League había sido en noviembre. Un puñado de minutos que parecían quedar en el olvido… hasta que llegó esta noche. El gesto de Lamine Yamal, al cederle su lugar, le regaló algo más que minutos, le devolvió un poco de esperanza.
Lo cierto es que todo apunta a que el futuro de Ansu pasa por una salida en el próximo mercado. Pero en ese breve cruce de caminos con Lamine Yamal, se tejió un momento simbólico. Ambos son canteranos, talentos surgidos de La Masía, símbolos de dos etapas diferentes del club. Uno, en plenitud. El otro, buscando reencontrarse con su mejor versión. Pero los dos unidos por una camiseta… y por un gesto que dice mucho más de lo que parece.