Especial 20 Aniversario

Lo que de verdad le falta a tu cuerpo no es sueño ni calma, es esto

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El cansancio persistente, los dolores musculares inexplicables o ese estado de ánimo bajo que no remonta podrían tener un origen común que va más allá del estrés cotidiano o la falta de descanso. Lo que realmente falta a tu cuerpo podría ser algo tan esencial como invisible: la vitamina D, un nutriente crucial cuya carencia afecta silenciosamente a siete de cada diez españoles según los últimos estudios epidemiológicos realizados en nuestro país.

Mientras la mayoría de la población sigue culpando al ritmo frenético de vida o a la falta de sueño de sus problemas de salud, los especialistas llevan años alertando sobre una epidemia silenciosa de déficit vitamínico. La insuficiencia de este compuesto esencial falta a tu cuerpo incluso en un país tan soleado como España, donde paradójicamente los hábitos modernos nos han alejado de nuestra principal fuente natural: el sol. Este déficit generalizado está detrás de numerosos problemas de salud que van desde alteraciones óseas hasta disfunciones inmunitarias, pasando por trastornos del estado de ánimo que a menudo se confunden con otras patologías más mediáticas pero menos prevalentes.

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LA SOLUCIÓN EQUILIBRADA: NI ACHICHARRARSE NI VIVIR EN PENUMBRA

Fuente: Freepik

Revertir la epidemia silenciosa de déficit de vitamina D requiere un enfoque equilibrado que desmitifique tanto la demonización excesiva del sol como las falsas promesas de algunos suplementos. Los dermatólogos más actualizados coinciden en que una exposición solar moderada, adaptada al fototipo de cada persona, resulta no solo segura sino necesaria para la síntesis adecuada de esta vitamina. Específicamente, lo que falta a tu cuerpo puede resolverse con apenas 15-20 minutos de exposición solar directa, sin protección, en antebrazos y piernas tres veces por semana, idealmente entre las 10 y las 16 horas.

Para quienes por motivos laborales o de salud no pueden seguir esta pauta de exposición, la suplementación controlada representa una alternativa válida que debe ser supervisada médicamente. Los análisis sanguíneos para determinar los niveles de 25-hidroxivitamina D constituyen la única forma fiable de diagnosticar una carencia y ajustar la dosis de suplementación necesaria. Las recomendaciones actuales sugieren mantener niveles por encima de 30 ng/ml, aunque cada vez más estudios apuntan a que el rango óptimo podría situarse entre 40-60 ng/ml para obtener beneficios que van más allá de la salud ósea.

En cualquier caso, tanto la exposición solar como la suplementación deben entenderse como estrategias complementarias y adaptadas individualmente, pues lo que falta a tu cuerpo no es lo mismo que puede faltar a otra persona incluso viviendo en el mismo entorno, ya que factores como la edad, pigmentación cutánea, medicaciones habituales o condiciones médicas preexistentes modifican significativamente tanto la capacidad de síntesis como los requerimientos diarios de esta vitamina esencial cuya deficiencia silenciosa afecta a la mayoría de la población española a pesar de nuestro privilegiado clima mediterráneo.

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