Especial 20 Aniversario

Lo que de verdad le falta a tu cuerpo no es sueño ni calma, es esto

-

El cansancio persistente, los dolores musculares inexplicables o ese estado de ánimo bajo que no remonta podrían tener un origen común que va más allá del estrés cotidiano o la falta de descanso. Lo que realmente falta a tu cuerpo podría ser algo tan esencial como invisible: la vitamina D, un nutriente crucial cuya carencia afecta silenciosamente a siete de cada diez españoles según los últimos estudios epidemiológicos realizados en nuestro país.

Mientras la mayoría de la población sigue culpando al ritmo frenético de vida o a la falta de sueño de sus problemas de salud, los especialistas llevan años alertando sobre una epidemia silenciosa de déficit vitamínico. La insuficiencia de este compuesto esencial falta a tu cuerpo incluso en un país tan soleado como España, donde paradójicamente los hábitos modernos nos han alejado de nuestra principal fuente natural: el sol. Este déficit generalizado está detrás de numerosos problemas de salud que van desde alteraciones óseas hasta disfunciones inmunitarias, pasando por trastornos del estado de ánimo que a menudo se confunden con otras patologías más mediáticas pero menos prevalentes.

4
EL CÍRCULO VICIOSO: CUANDO LA CARENCIA SE AUTOPERPETÚA

Fuente: Freepik

Uno de los aspectos más perversos del déficit de vitamina D es su capacidad para generar un círculo vicioso de deterioro progresivo. Los niveles bajos de este nutriente provocan fatiga y malestar muscular, lo que reduce la predisposición a realizar actividades al aire libre, disminuyendo aún más la exposición solar. Este fenómeno, donde lo que falta a tu cuerpo te impulsa precisamente a evitar la principal fuente natural para obtenerlo, explica por qué muchas personas entran en espirales negativas de salud aparentemente inexplicables.

La carencia prolongada también interfiere con la calidad del sueño, alterando los ritmos circadianos y la producción de melatonina, lo que a su vez agrava la sensación de cansancio y reduce la motivación para actividades exteriores. Los estudios demuestran que personas con niveles muy bajos de vitamina D experimentan una disminución significativa en la eficiencia del sueño y un aumento de microdespertares nocturnos.

Esta alteración del descanso no hace sino empeorar el estado general, creando una cascada de síntomas que se retroalimentan y que raramente se asocian con lo que verdaderamente falta a tu cuerpo desde el inicio del problema. La cuestión se complica porque esta carencia también afecta a los neurotransmisores vinculados con la motivación y el placer, como la dopamina y la serotonina, disminuyendo aún más el impulso para buscar actividades saludables que podrían romper este ciclo pernicioso.