Especial 20 Aniversario

Lo que de verdad le falta a tu cuerpo no es sueño ni calma, es esto

-

El cansancio persistente, los dolores musculares inexplicables o ese estado de ánimo bajo que no remonta podrían tener un origen común que va más allá del estrés cotidiano o la falta de descanso. Lo que realmente falta a tu cuerpo podría ser algo tan esencial como invisible: la vitamina D, un nutriente crucial cuya carencia afecta silenciosamente a siete de cada diez españoles según los últimos estudios epidemiológicos realizados en nuestro país.

Mientras la mayoría de la población sigue culpando al ritmo frenético de vida o a la falta de sueño de sus problemas de salud, los especialistas llevan años alertando sobre una epidemia silenciosa de déficit vitamínico. La insuficiencia de este compuesto esencial falta a tu cuerpo incluso en un país tan soleado como España, donde paradójicamente los hábitos modernos nos han alejado de nuestra principal fuente natural: el sol. Este déficit generalizado está detrás de numerosos problemas de salud que van desde alteraciones óseas hasta disfunciones inmunitarias, pasando por trastornos del estado de ánimo que a menudo se confunden con otras patologías más mediáticas pero menos prevalentes.

1
EL NUTRIENTE SOLAR: POR QUÉ ES IMPOSIBLE OBTENERLO SOLO DE LA DIETA

Contrariamente a lo que muchos creen, la vitamina D no es un nutriente más que pueda obtenerse fácilmente a través de una alimentación equilibrada. Su principal vía de síntesis requiere algo que cada vez escasea más en nuestro estilo de vida moderno: la exposición directa de la piel a los rayos ultravioleta B del sol. Cuando esto no ocurre en cantidad suficiente, lo que inevitablemente falta a tu cuerpo es la capacidad de sintetizar por sí mismo este compuesto esencial para el correcto funcionamiento de prácticamente todos los sistemas corporales.

Las fuentes alimentarias de vitamina D son escasísimas y se limitan básicamente a pescados grasos, yema de huevo y algunos hongos, todos ellos en cantidades insuficientes para cubrir las necesidades diarias. Los estudios nutricionales demuestran que incluso con una dieta perfectamente equilibrada, resulta prácticamente imposible alcanzar los niveles óptimos de esta vitamina sin exposición solar o suplementación. Esta peculiaridad biológica responde a nuestra evolución como especie, donde la síntesis cutánea inducida por el sol ha sido durante milenios la forma natural en que nuestro organismo obtiene este nutriente fundamental para la absorción del calcio, la función inmunitaria y la regulación de más de 200 genes en nuestro ADN. El problema actual radica en que nuestro estilo de vida se ha modificado radicalmente en apenas unas décadas, mientras nuestra fisiología sigue respondiendo a patrones evolutivos milenarios.

Atrás