El Real Madrid naufraga en Londres ante un Arsenal brillante
La noche de este 8 de abril en Londres dejó cicatrices profundas en un Real Madrid que no solo perdió, sino que firmó una de sus actuaciones más preocupantes en esta Champions League. En ese mismo estadio donde alguna vez celebró glorias, el equipo de Carlo Ancelotti se desmoronó frente a un Arsenal más intenso, más organizado y mucho más eficaz. El 3-0 no fue solo un marcador. Fue una sentencia. Y en esa sentencia, hay nombres que no pueden eludir su parte de responsabilidad.
El ataque del Real Madrid fue un espejismo. Vinicius, llamado a ser el estandarte del proyecto, apenas apareció en el partido. Fue una sombra en el Emirates Stadium. Sin generar peligro, con decisiones erráticas y desconectado desde el primer minuto. Lejos de su mejor versión, sus intentos parecían forzados, sin dirección. Y su aportación defensiva fue inexistente.
Kylian Mbappé, por su parte, falló justo cuando el equipo más lo necesitaba. Tuvo una ocasión clarísima con el marcador en cero, pero remató al cuerpo del portero David Raya. En la segunda mitad, otra llegada acabó en la red lateral. Fue poco participativo y su influencia fue mínima, una realidad que choca con la etiqueta de estrella que lo acompaña. Rodrygo completó el apagón ofensivo. Desconectado, sin peso en el juego y prácticamente invisible. Ancelotti lo mantuvo hasta el minuto 85, pero el brasileño nunca reaccionó.
Alaba, Rüdiger y Camavinga hundidos en defensa del Real Madrid
La defensa del Real Madrid fue arrollada por la verticalidad del Arsenal. David Alaba vivió una pesadilla, firmando quizás su peor actuación desde que llegó al club. Desbordado por Bukayo Saka, errático en la salida y protagonista de la falta que dio origen al gol de Declan Rice. Tras el tercer tanto inglés, fue sustituido, pero el daño ya estaba hecho. Las lesiones marcaron su temporada, y esta noche podría ser su punto final. Antonio Rüdiger tampoco estuvo a la altura. Lento, impreciso y nervioso, el central alemán fue parte del colapso defensivo. Junto a Alaba formó una dupla que no ofreció seguridad.
Sus despejes terminaron en pies rivales y su habitual liderazgo simplemente no apareció cuando más hacía falta. En el medio, Eduardo Camavinga completó una noche para el olvido. Jugó desubicado, acelerado, sin precisión. Cometió la falta que desembocó en el segundo gol y terminó expulsado por una acción innecesaria en los minutos finales. Una imagen que refleja su frustración y su estancamiento en un momento decisivo de la temporada. Su peso en la plantilla ha disminuido y eso se nota en el campo.
Carlo Ancelotti y la crisis de autoridad en el Real Madrid
Desde el banco, Carlo Ancelotti también vivió su propio derrumbe. El técnico italiano no supo leer el partido, no ajustó a tiempo y permitió que el equipo se hundiera sin reacción. Apostó por un doble pivote con Modric y Camavinga, y confió en un Alaba sin ritmo competitivo. La fórmula no solo no funcionó sino que debilitó al equipo desde el primer minuto. “Hemos tenido muchas lesiones y eso ha hecho más complicadas las rotaciones…”, se justificó Ancelotti tras el partido.
Pero la realidad es que las decisiones pesaron más que las ausencias. Y los cambios tampoco aportaron soluciones. Lucas Vázquez, Fran García y Brahim Díaz entraron cuando el partido ya estaba sentenciado. Una muestra más de la falta de respuestas desde el banco. El Real Madrid fue superado táctica y emocionalmente. Y la figura de Ancelotti, que hasta ahora parecía intocable, empieza a tambalearse. El partido de vuelta en el Bernabéu ya no es solo una final para el equipo, también lo es para el técnico ya que su futuro está en juego.