Especial 20 Aniversario

La OCU advierte sobre el efecto Donald Trump: todos seremos afectados

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La tensión comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos ha alcanzado un punto crítico que amenaza con impactar directamente en la economía de los hogares europeos. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha emitido un contundente aviso: la imposición de nuevos aranceles como respuesta a las medidas proteccionistas de Estados Unidos tendrá consecuencias negativas para todos los consumidores, sin excepción alguna.

Según el último análisis de la OCU, esta escalada arancelaria no solo encarecerá los productos importados directamente desde EE.UU., sino que desencadenará un efecto dominó en toda la cadena de suministro europea. Desde los alimentos básicos hasta los productos tecnológicos, ningún sector de la economía quedará al margen de este conflicto que amenaza con erosionar aún más el poder adquisitivo de las familias en un contexto económico ya de por sí complejo.

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El efecto dominó en la industria europea

El efecto dominó en la industria europea
Fuente: Agencias

La OCU derrumba categóricamente la creencia errónea de que los aranceles solo afectarán a los bienes importados directamente desde Estados Unidos. La realidad es mucho más compleja: numerosas industrias europeas dependen críticamente de materias primas, componentes intermedios o maquinaria especializada proveniente del mercado estadounidense.

El sector agrícola europeo se verá particularmente afectado. Muchos fertilizantes y piezas de maquinaria agrícola utilizados en Europa son importados desde Estados Unidos. El encarecimiento de estos insumos productivos se traducirá inevitablemente en mayores costes para los agricultores europeos, que se verán obligados a trasladar este incremento a los precios finales de sus productos.

La industria automovilística europea, pilar fundamental de la economía del continente, tampoco escapará ilesa. Muchos fabricantes de vehículos dependen de componentes críticos importados desde Estados Unidos. La OCU advierte que este encarecimiento de los costes de producción podría poner en peligro la competitividad de la industria automovilística europea en los mercados globales.