Especial 20 Aniversario

¿Qué ocurre si haces mal la declaración de la Renta?

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Cada año, la declaración de la Renta genera incertidumbre y, en muchos casos, errores. Su lenguaje técnico, las decenas de casillas y los distintos tipos de deducciones pueden confundir incluso a quienes tienen experiencia. Pero, ¿qué pasa si te has equivocado al presentarla? Las consecuencias pueden variar: desde simples notificaciones hasta multas bastante severas.

Si bien Hacienda contempla ciertas circunstancias personales, cometer errores en la declaración de la Renta no es algo que deba tomarse a la ligera. Aunque existan márgenes de corrección, las sanciones pueden ser importantes dependiendo del tipo de falta. A continuación, analizaremos los errores más comunes y las posibles consecuencias que pueden derivarse de cada uno.

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¿Y si el error es del gestor? La responsabilidad sigue siendo del contribuyente

¿Y si el error es del gestor? La responsabilidad sigue siendo del contribuyente
Fuente: Agencias

Confiar en un profesional para realizar la declaración de la Renta puede aportar tranquilidad, pero también tiene sus riesgos. Muchas veces, los errores no parten del ciudadano, sino del asesor fiscal que prepara la documentación. Sin embargo, y aunque resulte injusto, la ley establece que quien responde ante Hacienda es siempre el contribuyente, salvo que se haya especificado previamente que el gestor es el responsable de la declaración de la Renta.

Esto significa que si el asesor comete un error en el cálculo o introduce mal un dato, la sanción llegará a nombre del ciudadano. Por ello, es importante mantener una comunicación fluida con la gestoría, revisar la declaración antes de su presentación y conservar copias de todos los documentos entregados.

Si se puede demostrar que el error partió exclusivamente del gestor, es posible reclamar la responsabilidad civil, tributaria o incluso penal, dependiendo del caso. Pero eso no evitará la sanción por parte de Hacienda, aunque sí puede abrir la puerta a una posterior compensación. En el peor de los escenarios, si el gestor incurre en un fraude que implique la falsificación de documentos o cantidades superiores a 120.000 euros, también podría enfrentarse a prisión.