El mercado de la vivienda en España es un mapa lleno de contrastes, y tal como era de esperarse debido a las diferencias que existen en las regiones, es decir, no es lo mismo comprar una vivienda en Madrid que en Talavera de Reina. En ciudades como Barcelona y Madrid, el precio medio se dispara por encima de los 3.000 euros el metro cuadrado, pero si te vas al interior, a sitios como Teruel o Lugo, encuentras casas por unos 900 euros el metro, ya veces menos.
Recientemente, ST Sociedad de Tasación, una firma independiente que sabe de esto y lleva años analizando cómo se mueve el sector, ha publicado un informe donde se describe el mercado de la vivienda actual en España. Según sus datos, basta con echar un viaje de dos horas en coche para que los precios se vengan abajo hasta un 70 %, algo que no deja de sorprender.
El estudio pone a San Sebastián en el trono como la ciudad más cara del país, con un precio medio de 4.181 euros por metro cuadrado. Le siguen Barcelona, con 3.558 euros, y Madrid, con 3.474 euros. Pero si miras hacia el interior, la cosa cambia: en Castilla-La Mancha y Galicia, provincias como Cuenca y Lugo apenas pasan de los 1.000 euros por metro cuadrado.
Todo esto tiene que ver con la fiebre de las grandes ciudades, donde la demanda no afloja, y con el abandono que se siente en otras zonas, donde la gente se va y la economía no termina de arrancar. Aunque, con el teletrabajo se ha venido ganando terreno y la gente buscando casas más grandes y baratas, quién sabe si en unos años esto empieza a dar un giro.
Grandes diferencias entre las principales ciudades y el interior: un mercado inmobiliario polarizado
El mercado de la vivienda en España está partido en dos, como si fueran mundos distintos: por un lado, las grandes ciudades, y por otro, el interior. En sitios como Madrid, Barcelona y Sevilla, los precios están por las nubes, marcando cifras que no se habían visto antes.
En las grandes ciudades el precio de las viviendas no para de subir porque la gente no deja de querer vivir en esas urbes: hay poca oferta a la hora de comprar, los trabajos y los servicios están a la mano, y el estilo de vida es atractivo. Pero si te alejas hacia el interior, el panorama cambia por completo. Los precios caen en picada, y no es raro ver que la demanda escasea y que esas zonas no logran enganchar a nuevos vecinos.
Los números no mienten y muestran bien esa brecha. En Madrid y Barcelona, el metro cuadrado se va por encima de los 4.000 euros sin pestañear, mientras que en muchas provincias del interior te encuentras con valores que rondan los 1.200 o 1.500 euros, y gracias.
¿Por qué pasa esto? En parte, porque la oferta y la demanda no juegan igual en todos lados, pero también porque la gente sigue apostando fuerte por las ciudades grandes, donde están los mejores curros y las escuelas que todos quieren. De hecho, en las zonas metropolitanas el crecimiento ha sido tan bestial que la diferencia entre lo que cuesta una casa en las afueras y en el centro no hace más que alejarse con los años.
Las provincias más caras frente a las más asequibles: ¿por qué hay tanta disparidad en los precios de la vivienda?
En provincias como Baleares, Madrid y el País Vasco, los precios de la vivienda parecen haber pisado el acelerador y no tienen intención de frenar a corto ni mediano plazo. ¿Las razones? Varias, pero todas apuntan a lo mismo: mucha gente quiere meter su dinero ahí porque lo ven como una forma de inversión, el tirón del turismo no afloja y sigue llegando gente de fuera, ya sea de otras regiones o de otros países, con ganas de comprar.
Estos sitios, bien puestos en el mapa y con economías que no paran de moverse, llevan tiempo viendo cómo el precio de las casas sube sin descanso. En Baleares, por poner un caso, la problemática se agrava cada día más: apenas hay suelo para construir más viviendas, y con tanta demanda de casas para las vacaciones, el metro cuadrado se ha plantado por encima de los 4.500 euros.
Pero si te vas a otras provincias que no están en el ojo del huracán urbano, como Castilla-La Mancha o Extremadura, la historia es otra. Ahí todavía puedes encontrar vivienda a precios que no asustan, rondando los 1.200 euros el metro cuadrado. La diferencia con las zonas caras radica en el hecho de que no hay tanto movimiento de población, las infraestructuras no son las mismas y los trabajos no abundan como en las grandes ligas.
Eso sí, incluso en estos sitios los precios han pegado un pequeño estirón, aunque nada que ver con el ritmo de las zonas punteras. Dicen que el teletrabajo y las ganas de vida tranquila están detrás de ese leve repunte, pero la brecha entre lo caro y lo barato sigue siendo un abismo difícil de cerrar.
Impacto del teletrabajo y las nuevas tendencias de búsqueda de vivienda en la evolución de los precios
El teletrabajo ha generado un “pequeño” impacto en el mercado inmobiliario en España, y no es para menos. En los últimos años, mucha gente ha dicho adiós a las grandes ciudades, buscando un rincón más calmado y que no les rompa el bolsillo. Ese cambio de aires ha hecho que la demanda de casas en pueblos y zonas menos apretadas de gente se note, sobre todo en el interior del país, donde los precios han dado un pequeño salto.
La razón está clara: ya no hace falta estar pegado a la oficina en Madrid o Barcelona, y eso ha abierto la puerta a compradores que quieren respirar hondo sin gastar una fortuna. De paso, se ve que ahora buscan casas más grandes, con espacio de sobra para una vida familiar y sin tanto ajetreo.
Lo que la gente pide hoy al buscar vivienda también ha cambiado el juego. No se trata solo de encontrar un sitio donde dormir, sino un lugar que encaje con esta nueva manera de vivir: más metros, más comodidad y un entorno que no te agobie. Por eso, los pueblos y las pequeñas ciudades están ganando puntos, con su tranquilidad, precios más razonables y ese plus de aire limpio que no se encuentra en el asfalto.
Aunque el teletrabajo ha movido el tablero, en las grandes capitales la cosa no se tambalea tanto. Todavía hay quien prefiere estar cerca del trabajo o no renunciar al ritmo urbano, y eso sigue teniendo los precios de las casas en las urbes por las nubes, muy por encima de lo que se ve en el resto del país.