La búsqueda de alternativas saludables en la cocina nos lleva muchas veces a incorporar productos que, a primera vista, parecen beneficiosos. El aceite de linaza se ha posicionado en los últimos años como una opción aparentemente saludable para muchos consumidores preocupados por su bienestar, gracias a su alto contenido en ácidos grasos omega-3 y sus propiedades antioxidantes. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que este producto, tan alabado por sus cualidades nutricionales cuando se consume en frío, puede convertirse en un verdadero peligro para la salud cuando se somete a altas temperaturas en la cocina.
La industria alimentaria y ciertos gurús de la nutrición han promocionado diversos tipos de aceites como alternativas más saludables al tradicional aceite de oliva, creando confusión entre los consumidores. Entre estos aceites «milagrosos» figura el de linaza, cuyo consumo se ha disparado en los últimos años sin que muchos sepan realmente cómo utilizarlo correctamente. Este aceite vegetal, extraído de las semillas del lino, efectivamente posee propiedades benéficas cuando se consume adecuadamente, pero es fundamental entender que no todos los aceites son aptos para cualquier uso culinario, especialmente cuando hablamos de cocinar a altas temperaturas.
2CONFUSIÓN EN LOS SUPERMERCADOS: CUANDO LA SALUD SE VUELVE MARKETING
El panorama actual de los lineales de aceites en cualquier supermercado puede resultar abrumador para el consumidor medio. Entre tanta etiqueta que promete beneficios extraordinarios, el aceite de linaza ha conseguido hacerse un hueco presentándose como un superalimento capaz de mejorar la salud cardiovascular y combatir la inflamación. Lo cierto es que muchos productos se comercializan destacando exclusivamente sus bondades, mientras que la información sobre sus limitaciones y contraindicaciones queda relegada a letra pequeña que pocos se detienen a leer, generando así una percepción incompleta sobre su uso adecuado.
Las estrategias de marketing en torno a este tipo de aceites han conseguido que muchos consumidores los adquieran sin tener claro para qué pueden utilizarlos realmente. El aceite de linaza se vende en botellas prácticamente idénticas a las de otros aceites de cocina, lo que puede inducir a error y hacer que se utilice de forma inadecuada en preparaciones que requieren calor, poniendo en riesgo la salud familiar sin siquiera ser conscientes de ello. Esta confusión se ve agravada por la cantidad de información contradictoria que circula en blogs, redes sociales y otros medios, donde no siempre se explica correctamente que este aceite debe consumirse exclusivamente en crudo, añadido a platos ya cocinados o en aliños.