A orillas del río Ucero, en la provincia de Soria, se esconde uno de los pueblos más bellos de España: El Burgo de Osma. Este enclave medieval, declarado Conjunto Histórico-Artístico, combina como pocos patrimonio, naturaleza y gastronomía. Con la llegada de la primavera, sus calles empedradas, su imponente catedral y su entorno natural se convierten en el escenario perfecto para una escapada inolvidable.
Más allá de su famosa matanza y sus embutidos, este pueblo soriano de apenas 5.000 habitantes guarda secretos que sorprenden al viajero. Desde su origen como sede episcopal en el siglo XII hasta su actual fama como destino turístico, El Burgo de Osma ofrece una experiencia que trasciende lo típico, invitando a descubrir la esencia más auténtica de Castilla y León. En este artículo te contaremos por qué este rincón de nuestro país es el mejor destino de viaje.
5Dormir en un palacio: la experiencia Castilla Termal
Para completar la visita, nada mejor que alojarse en la antigua Universidad de Santa Catalina, hoy convertida en el hotel Castilla Termal Burgo de Osma. Este edificio renacentista del siglo XVI, donde estudió Jovellanos, conserva su patio columnado -ahora cubierto por una cúpula acristalada- y alberga 70 habitaciones que mezclan lujo y tradición.
El complejo aprovecha las aguas termales del manantial de Santa Catalina, ideales para relajarse después de un día de turismo. Su piscina termal y los tratamientos de spa son el complemento perfecto a la excelente gastronomía de su restaurante Argaela, donde los productos locales se transforman en obras maestras culinarias. Dormir en este hotel es como viajar en el tiempo sin renunciar al confort moderno.