Pablo Torre atraviesa una situación complicada en el Barça
Pablo Torre no ha logrado consolidarse en el FC Barcelona, a pesar de su indudable talento. A sus 21 años, el mediapunta cántabro se encuentra en una encrucijada dentro del club azulgrana. Su falta de minutos no se debe a un problema de rendimiento, sino a la fuerte competencia en el centro del campo y a factores contractuales que han condicionado su participación en la temporada.
Desde su última aparición el 26 de enero contra el Valencia, Torre ha quedado relegado a la suplencia e incluso fuera de las convocatorias. El técnico Hans-Dieter Flick ha priorizado a otros jugadores en su posición, como Dani Olmo, Fermín López y Gavi, lo que ha reducido considerablemente sus oportunidades de juego.
Cláusulas y una renovación en el aire
El contrato de Pablo Torre, firmado en 2022, incluye una serie de variables que afectan su tiempo en cancha. Cada 10 partidos disputados con más de 45 minutos, el FC Barcelona debe abonar un millón de euros al Racing de Santander, su club de origen. Además, si el mediapunta es convocado a la selección absoluta de España, el club deberá desembolsar otro millón adicional.
Ante este escenario, la directiva culé estudia opciones para su futuro. Según reportes de la prensa deportiva, el club quiere renovar su contrato más allá de 2026 para evitar que entre en su último año con libertad para negociar. Si acepta la renovación, la opción más viable sería una cesión a otro equipo para que continúe su desarrollo y retorne con más experiencia.
Salida definitiva, una alternativa real
Si Pablo Torre no acepta la propuesta de renovación, el Barcelona buscará venderlo en el próximo mercado de fichajes. A pesar de su escasa participación, varios clubes han mostrado interés en ficharlo. Durante la ventana invernal, equipos como el Oporto y el Bournemouth preguntaron por su situación, aunque el jugador decidió quedarse para luchar por minutos.
El Racing de Santander, su club formador, también sigue de cerca su caso, ya que cualquier movimiento podría representar beneficios económicos. Mientras tanto, la afición y los analistas del fútbol español se preguntan si el Barça ha gestionado correctamente el talento de uno de los mediapuntas más prometedores del país. La decisión final recaerá tanto en el club como en el propio futbolista, cuyo futuro deberá resolverse antes del verano de este año en curso.