Especial 20 Aniversario

Cómo evitar que el último cambio de hora en España altere la factura de la luz

Esta madrugada del 29 al 30 de marzo se producirá un nuevo cambio de hora en España, el último si el país sigue finalmente las directrices de la Unión Europea, cuyos planes son que esta práctica se dé por terminada en 2025. Los relojes pasarán de las 02:00 a las 03:00 durante el domingo, lo que hará que tengamos más horas de luz natural durante la tarde.

Si bien la idea original es de hace más de un siglo (data de la época de la Primera Guerra Mundial) y se hizo para aprovechar toda la luz natural posible y provocar una bajada del consumo de carbón en el verano, el cambio de hora se ha extendido hasta el día de hoy, con el reloj adelantándose y atrasándose cada mes de marzo y de octubre.

Sin embargo, los últimos estudios sobre la práctica indican que el ahorro energético de la actualidad es mínimo, sobre todo si lo comparamos con los efectos de salud que pueden darse como consecuencia de estas alteraciones horarias. Por ese motivo, en 2018 la Comisión Europea realizó una consulta en la que el 84 % de los participantes estaban a favor de eliminar el cambio de hora.

Cambio De Hora Marzo Verano
Fuente: Agencias

Desde 2019 la pelota está en el tejado de cada país, que puede decidir libremente. Por ese motivo, España tendrá que elegir si se establecerá de manera permanente si disponer de tardes más largas con el horario de verano -siendo por tanto este el último cambio de hora- o tener más luz por las mañanas si nos quedamos con el horario de invierno.

Consejos para evitar perjuicios del cambio de hora en la factura de la luz

A la espera de que España tome una decisión definitiva y haga del todo oficial que el de 2025 es el último que se produce en nuestro país, es bueno echar un vistazo a las otras consecuencias que tiene el mismo para otros aspectos importante de nuestra vida. Entre las consecuencias de la eliminación de esta práctica en España, varios expertos advierten de que, además de afectar a la salud pública, el rendimiento laborar y escolar y la economía en general, el cambio de hora puede alterar la factura de la luz, por lo que tomar medidas para evitar un incremento puede ser una acción recomendable para muchos perfiles de ciudadanos.

Por ejemplo, la compañía de consumibles 123tinta aconseja fervientemente la utilización de bombillas LED si todavía no hemos sustituido las tradicionales de nuestros hogares, pero la principal recomendación es evitar luces innecesarias y aprovechar la luz natural lo máximo que podamos. Dado que anochecerá más tarde, debemos quitarnos la costumbre de utilizar iluminación artificial siempre que sea posible. Para ello, se aconseja reorganizar los espacios del hogar de cara a que la luz natural nos ayude a no tener esa dependencia de la electricidad.

Cambio De Horario
Fuente: Agencias

Asimismo, deberíamos desenchufar los aparatos que no se utilicen, porque el modo espera de muchos electrodomésticos y productos tecnológicos sigue consumiendo energía y se acaba reflejando en la factura energética. Esta decisión puede suponer un ahorro a largo plazo que realmente merezca la pena, así como la optimización del uso de electrodomésticos, utilizando programas de bajo consumo y programando lavavajillas o lavadoras en horarios con tarifas reducidas.

Por qué nos cuesta adaptarnos al cambio de hora

Además de que nos pueda pasar factura en cuanto al gasto energético, el cambio de hora también altera a nuestra salud. Desde la Sociedad Española de Neurología (SEN) han recordado en más de una ocasión que los días siguientes al cambio de horario pueden aparecer distintos trastornos que también tenemos que tener en cuenta.

Entre los distintos síntomas, se puede producir falta de concentración y de energía, somnolencia o dificultad al dormir, sensación de cansancio general o incluso desorientación. Los casos más acusados se dan en personas que ya sufren de por sí trastornos del sueño, episodios de cefaleas o epilepsia.

Esta situación se da por el desajuste entre el reloj biológico y la hora a la que hemos cambiado, y se pueden llegar a necesitar de uno a cinco días para alcanzar la normalidad. Es algo parecido a lo que ocurre con el jet-lag de los viajes en avión, aunque el trastorno es de menor intensidad al tratarse únicamente de una hora de diferencia horaria. Para solucionarlo, se recomienda descansar de forma adecuada e intentar adaptarse de forma progresiva al cambio adelantando, por ejemplo, nuestras rutinas habituales durante los días previos, o evitando las siestas para dormir más profundamente en la noche.