Una de las participantes, aunque externas, que ha sido noticia desde el inicio del reality show Supervivientes, es Terelu Campos. La colaboradora de Telecinco protagonizó un momento revelador durante el programa de ayer. Sus palabras estuvieron llenas de lamentos y mucha honestidad, incluso dejaron sin habla a Jorge Javier Vázquez y a su hija, Alejandra Rubio.
Su frase «pago un precio por vivir» ha resonado entre las personas que luchan cada día con una enfermedad tan difícil como es el cáncer. El programa se convirtió en el espejo de una realidad incómoda, pero real: la fama no es inmune al dolor. Aunque hoy encendió la alerta de abandono, al final decidió quedarse en Honduras.
2La confesión que rompió a todos en el plató
«Llevo muchos años con una fortísima medicación por lo que me ha ocurrido en la vida», confesó la colaboradora frente a las cámaras. Estas palabras, más allá de un lamento, cuentan la historia de una realidad muy difícil: «Eso hace que mi organismo esté muy débil, sobre todo los huesos y la movilidad, como si fuese un bate de béisbol con el que se me apalea».
Lo más duro de escuchar fue cuando dijo que la estadía en Supervivientes desafía su condición: «Dormir en la arena hace que me duela todo, y tampoco puedo jugar con lo que me ha costado tanto conseguir conmigo misma». Sus lágrimas la acompañaron mientras detallaba el costo físico y emocional de mantenerse activa ante las cámaras. «Pago un precio por vivir, por ser como los demás, aunque por dentro no lo soy», confesó.
A continuación te mostramos el drama real de Terelu.