Especial 20 Aniversario

Consejos para cuidar y prolongar la vida útil de tu calzado

La forma en que cuidas tus zapatos afecta directamente a la salud de tus pies porque un calzado deteriorado pierde su soporte, lo que puede causar problemas de postura, dolor en las articulaciones y hasta ampollas o callosidades. Además, cuando los zapatos están sucios o desgastados, la imagen que proyectas cambia incluso si la ropa que llevas es impecable. Con el paso del tiempo, los materiales de los zapatos tienden a desgastarse, pero si los mantienes en buenas condiciones, puedes alargar su vida útil sin que pierdan comodidad ni estética. La clave está en la en saber cómo cuidarlos y qué productos usar para proteger los materiales del desgaste. ¿No estás segura de cómo mantener tus zapatos sin deteriorarlos? No te preocupes: hemos preguntado en RIN Zapaterías y sus expertos en calzado con años de experiencia nos han contado los secretos para preservar cada tipo de zapato con tan buen aspecto como el primer día.

Zapatillas deportivas

Las deportivas son imprescindibles para muchas actividades diarias, desde entrenamientos hasta paseos. Pero su uso frecuente hace que se ensucien rápido y acumulen malos olores. La mejor manera de mantener las zapatillas deportivas para mujer en buen estado es limpiarlas regularmente con un cepillo suave y un poco de jabón neutro. Evita meterlas en la lavadora, porque el agua caliente y el centrifugado pueden dañar la espuma y las suelas. Si han cogido mal olor, una buena opción es espolvorear bicarbonato de sodio en su interior y dejarlo actuar toda la noche.

El almacenamiento también es clave: no las dejes amontonadas con otros zapatos, porque pueden deformarse. Si tienen una plantilla extraíble, conviene sacarla después de cada uso para que se aireen bien y no acumulen humedad. Y si llueve y se mojan, lo mejor es rellenarlas con papel de periódico para que absorban la humedad sin alterar su forma.

Sandalias

Las sandalias de verano suelen ser las grandes olvidadas cuando se trata de cuidados, pero si quieres que te duren más de una temporada, conviene prestarles atención. Como se usan con los pies al descubierto, acumulan más suciedad que otro tipo de calzado, sobre todo en la plantilla. Para limpiarlas, un paño húmedo con un poco de jabón es suficiente en la mayoría de los casos, aunque si tienen suela de cuero, conviene aplicar un acondicionador específico para evitar que se reseque y se agriete. Cuando no las uses, guárdalas en un lugar donde no reciban luz directa para que los materiales no se deterioren. Si tienen correas o hebillas, comprueba que no se doblen demasiado en el almacenamiento para que no se deformen. Un truco útil es rellenarlas con papel o guardarlas en su caja original para que mantengan su forma.

Zapatos planos de vestir

Los mocasines y las bailarinas son un calzado versátil y cómodo, pero suelen ser los que más rápido muestran signos de desgaste en la punta y en la suela. Para evitar que pierdan su forma, conviene guardarlos con un poco de relleno en la parte delantera, sobre todo si son de materiales flexibles. La limpieza depende del material. Si son de cuero, un paño húmedo y una crema nutritiva ayudarán a mantenerlos suaves. Si son de tela, un poco de agua con jabón y un cepillo suave es suficiente para quitar la suciedad. En cuanto a la suela, si empieza a desgastarse demasiado, es mejor llevarlos a un zapatero para reforzarla antes de que se rompan por completo.

Por otra parte, las zapatillas de estilo deportivo para vestir son la opción perfecta para quienes buscan un equilibrio entre elegancia y comodidad. Con un diseño más casual que los zapatos de vestir tradicionales, pero sin perder ese toque sofisticado, suelen estar confeccionados en materiales como cuero, ante o tejidos sintéticos transpirables. Suelen incorporar suelas de goma o materiales flexibles que aportan mayor confort y ligereza, ideales para un look informal sin renunciar al estilo. Para mantenerlos en buen estado, la limpieza depende del material: si son de cuero, un paño húmedo con un poco de crema hidratante específica los mantendrá impecables; si son de ante, lo mejor es utilizar un cepillo de cerdas suaves para eliminar la suciedad sin dañar la textura.

Botines y botas

Este tipo de calzado suele estar fabricado en materiales resistentes como cuero, ante o sintéticos, pero si no se cuidan bien, pueden perder su aspecto original muy rápido. El primer paso es limpiarlas después de cada uso, especialmente si han estado en contacto con barro o humedad. Para los botines de piel, un paño seco y un poco de crema hidratante especial ayudarán a mantener la flexibilidad del material. Si son de ante, un cepillo de cerdas suaves es lo ideal para eliminar el polvo sin dañar la textura. El almacenamiento también es importante. No apiles las botas una encima de otra, porque pueden deformarse. Lo mejor es guardar cada par con relleno en el interior, como tubos de cartón o papel, para que la caña no se doble. Y si son botas de invierno, conviene aplicar un spray impermeabilizante antes de usarlas para evitar que la lluvia o la nieve las estropee.

Zapatos de tacón

Los zapatos de tacón pueden ser elegantes y sofisticados, pero si no los cuidas bien, pueden desgastarse en las puntas y perder estabilidad. La suela y el tacón son las partes que más sufren, por lo que conviene revisar regularmente el estado de las tapas y cambiarlas en cuanto se desgasten. Para la limpieza, un paño húmedo es suficiente en la mayoría de los casos, aunque si son de gamuza, es mejor utilizar un cepillo especial. Guardarlos correctamente también hace la diferencia. Si los apilas, corres el riesgo de que se rayen o se deformen, así que lo ideal es mantenerlos en su caja o en un organizador donde no queden expuestos a golpes. Si son de charol o materiales brillantes, un poco de vaselina aplicada con un algodón puede ayudar a que recuperen su brillo.