Los garbanzos son un alimento fundamental en la dieta mediterránea y en muchas cocinas del mundo. Su alto contenido en proteínas, fibra y minerales los convierte en una opción saludable para vegetarianos, veganos y cualquier persona que busque mejorar su alimentación. Sin embargo, recientemente, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha alertado sobre ciertos riesgos asociados a su consumo. Esto se debe a la presencia de antinutrientes, compuestos naturales que pueden afectar la absorción de minerales y dificultar la digestión.
A pesar de estos riesgos, según informó la OCU, los garbanzos siguen siendo una excelente opción nutricional si se preparan correctamente. En este artículo, analizaremos qué son los antinutrientes, cómo afectan al organismo y qué medidas puedes tomar para minimizar sus efectos sin renunciar a los beneficios de este alimento.
4¿Quiénes deben tener más cuidado con los antinutrientes?
Aunque los antinutrientes en los garbanzos no representan un riesgo grave para la mayoría de las personas, ciertos grupos pueden verse más afectados:
- Personas con anemia ferropénica: El ácido fítico puede reducir la absorción de hierro, lo que podría agravar la anemia. En estos casos, se recomienda consumir garbanzos junto con fuentes de vitamina C para mejorar la absorción del hierro.
- Personas con problemas digestivos: Aquellos con síndrome de intestino irritable o colon irritable pueden experimentar molestias por los oligosacáridos fermentables. La fermentación o el consumo en pequeñas cantidades puede ayudar.
- Individuos con deficiencias minerales: Si hay déficit de zinc o calcio, es importante remojar y cocinar bien los garbanzos para reducir el impacto del ácido fítico.