Las altas temperaturas del verano español suelen cambiar nuestros hábitos de consumo en prácticamente todos los aspectos de nuestra alimentación. El café, esa bebida casi ritual para millones de personas, parece quedar relegada a un segundo plano cuando el termómetro supera los 30 grados, sustituida por refrescos y otras bebidas frías que prometen combatir el calor sofocante de julio y agosto. Sin embargo, renunciar a este placer cotidiano resulta completamente innecesario.
El verano no debería suponer un impedimento para los amantes de esta aromática infusión, sino una oportunidad para descubrir nuevas formas de disfrutarlo. Las opciones para preparar café frío son numerosas y variadas, adaptándose a todos los gustos y niveles de exigencia, desde las recetas más tradicionales hasta las tendencias más innovadoras importadas de otros países, pasando por creaciones que fusionan lo mejor de distintas culturas gastronómicas. Las tres alternativas que se presentan a continuación permitirán mantener intacto el placer del café durante los meses estivales, sin sacrificar su sabor ni sus propiedades estimulantes.
3CAFÉ AFFOGATO: CUANDO EL ESPRESSO SE FUNDE CON EL HELADO
El affogato representa la perfecta simbiosis entre dos placeres indiscutibles: el café intenso y el helado cremoso. Esta delicia de origen italiano, cuyo nombre significa literalmente «ahogado», consiste en verter un espresso caliente sobre una bola de helado de vainilla, creando un contraste de temperaturas, texturas y sabores verdaderamente memorable. Durante el verano, esta opción se convierte en una alternativa perfecta para quienes no quieren renunciar al café recién hecho ni a la indulgencia de un postre refrescante, combinando ambos placeres en una experiencia gastronómica que, además, resulta visualmente atractiva.
La aparente sencillez del affogato esconde algunas sutilezas que conviene conocer para disfrutarlo en su máxima expresión. El helado debe ser de calidad superior, preferiblemente artesanal y con un alto contenido en nata para que no se derrita instantáneamente al contacto con el café. En cuanto al espresso, es recomendable utilizar un café con notas achocolatadas o frutos secos que complementen la dulzura del helado, manteniendo la taza ligeramente más fría de lo habitual para moderar el choque térmico y permitir que ambos elementos se fusionen gradualmente. Algunas variantes incluyen adicionar un toque de licor como amaretto o baileys, e incluso sustituir el helado de vainilla por otros sabores como avellana o café para intensificar la experiencia.