El mercado de productos saludables ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, colocando en el punto de mira a auténticos tesoros nutricionales que hasta hace poco eran desconocidos. El matcha ha conquistado España como un auténtico fenómeno, transformando las estanterías de supermercados y las cartas de cafeterías con su característico color verde intenso y sus prometedores beneficios para la salud. Sin embargo, no todos los productos etiquetados como matcha ofrecen la calidad que prometen, y muchos consumidores acaban adquiriendo versiones adulteradas o de baja calidad sin saberlo.
La popularidad de este polvo verde ha provocado una saturación del mercado con opciones que distan mucho de ser auténtico matcha ceremonial japonés. Diferenciarse entre tantas opciones resulta una tarea abrumadora para el consumidor medio que desconoce los entresijos de este ancestral producto. La confusión aumenta cuando nos enfrentamos a precios que oscilan desde los 5 euros hasta más de 60 por un bote de apariencia similar, dejando al comprador en una encrucijada donde el precio parece ser el único indicador visible de calidad. Esta situación ha generado un mercado donde abundan los engaños y las medias verdades, convirtiendo la compra de matcha en un auténtico campo de minas para el consumidor español.
2LOS ENGAÑOS MÁS COMUNES EN LOS LINEALES DEL SUPERMERCADO
El primer engaño que encontramos en los supermercados españoles es la venta de té verde molido común bajo la etiqueta de matcha. Estos productos pueden contener hojas completas molidas, incluyendo tallos y venas, elementos que jamás estarían presentes en un matcha auténtico. La diferencia visual puede ser sutil para el ojo inexperto, pero el sabor amargo y astringente delata inmediatamente a estos impostores que inundan los lineales. Además, estos productos carecen del perfil nutricional del matcha genuino, ofreciendo apenas una fracción de sus antioxidantes y beneficios.
Otro truco frecuente es la mezcla de una pequeña cantidad de matcha real con otros polvos vegetales más económicos o con colorantes artificiales para intensificar el verde. Estos productos híbridos suelen venderse a precios tentadores que oscilan entre los 10 y 20 euros por 100 gramos, una cifra muy por debajo del coste real de producción del matcha de calidad. Las etiquetas ambiguas como «mezcla para matcha» o «preparado con matcha» deberían activar nuestras alarmas, pues suelen ser eufemismos que esconden productos donde el matcha real es apenas un ingrediente testimonial en la composición. La falta de regulación específica para el etiquetado del matcha en Europa facilita estas prácticas confusas para el consumidor.