Especial 20 Aniversario

Cuando comer se convierte en una lucha, este trastorno está detrás

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Tragar sin dolor o dificultad es algo que muchos damos por sentado. El acto de comer se convierte en una verdadera tortura para quienes padecen acalasia, un trastorno digestivo poco conocido pero tremendamente limitante en el día a día. Esta afección, caracterizada por la incapacidad del esófago para relajarse y permitir el paso de los alimentos hacia el estómago, puede transformar cada comida en una auténtica pesadilla para quienes la sufren.

La acalasia actúa como un ladrón silencioso que roba gradualmente el placer de disfrutar de la gastronomía y las reuniones sociales alrededor de una mesa. Sus síntomas pueden confundirse inicialmente con otras patologías digestivas más comunes, lo que retrasa su diagnóstico y tratamiento. Por ello, resulta fundamental conocer las señales de alarma y comprender los mecanismos de este trastorno que, aunque no pone en riesgo la vida de forma inmediata, sí merma considerablemente la calidad de vida de quienes lo padecen, haciendo que cada bocado se convierta en una verdadera batalla.

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TRATAMIENTOS DISPONIBLES PARA RECUPERAR EL PLACER DE LA MESA

Actualmente no existe una cura definitiva para la acalasia, pero sí diversos tratamientos que buscan mejorar la función del esfínter esofágico inferior y facilitar el paso de alimentos hacia el estómago. La miotomía de Heller por vía laparoscópica ha sido durante décadas el procedimiento quirúrgico de elección, consistente en realizar un corte en las fibras musculares del esfínter para reducir su presión. Esta intervención, aunque invasiva y con los riesgos propios de cualquier cirugía abdominal, ofrece resultados satisfactorios en aproximadamente el 90% de los casos, permitiendo a los pacientes recuperar una alimentación casi normal y mejorar sustancialmente su calidad de vida.

En la última década, la miotomía endoscópica por vía oral (POEM) ha revolucionado el abordaje de la acalasia al ofrecer resultados similares a la cirugía convencional pero con menor invasividad. Este procedimiento se realiza a través de un endoscopio introducido por la boca, sin necesidad de incisiones externas. Para casos menos severos o pacientes que no pueden someterse a intervenciones, la dilatación neumática endoscópica representa una alternativa temporal aunque efectiva, que consiste en expandir un balón en la zona del esfínter para forzar su apertura. Complementariamente, modificaciones en la dieta y técnicas posturales específicas durante las comidas pueden ayudar a minimizar las dificultades al comer y prevenir complicaciones como la aspiración de alimentos, especialmente en personas de edad avanzada o con comorbilidades significativas.