Las estafas telefónicas están en auge y los delincuentes han encontrado en los números 800 y 807 una herramienta eficaz para engañar a los ciudadanos. Aprovechando la apariencia legítima de estos prefijos, se hacen pasar por empleados del SEPE para obtener información personal y bancaria. Ante este riesgo, es crucial conocer su modus operandi y tomar precauciones.
El SEPE ha alertado sobre estos fraudes y ha insistido en que nunca solicita datos confidenciales por teléfono ni por correo electrónico. Sin embargo, los estafadores perfeccionan sus métodos, utilizando correos falsos y estrategias cada vez más sofisticadas. Para evitar caer en sus trampas, es fundamental reconocer las señales de alerta y seguir las recomendaciones de seguridad establecidas por las autoridades.
4Cómo protegerte: consejos prácticos
Para evitar caer en fraudes telefónicos, es fundamental no compartir información personal con desconocidos. El SEPE y otros organismos oficiales nunca solicitarán datos bancarios o contraseñas por teléfono. Si alguien lo hace, es una señal clara de estafa. Ante cualquier sospecha, lo mejor es colgar la llamada y contactar directamente con la entidad a través de sus canales oficiales.
Los correos electrónicos fraudulentos son otra táctica común de los estafadores. Para detectarlos, revisa con atención la dirección del remitente y asegúrate de que proviene de un dominio oficial. Muchas veces, los estafadores usan direcciones con ligeras variaciones que pueden pasar desapercibidas. Si un mensaje te genera dudas, no hagas clic en enlaces sospechosos y consulta directamente con la institución correspondiente.
El lenguaje y la redacción de los mensajes pueden delatar un intento de fraude. Los correos mal escritos, con errores gramaticales o frases confusas, suelen ser una señal de alerta. Además, es fundamental utilizar únicamente las vías oficiales del SEPE, como el número 060 o su página web. Evitar enlaces desconocidos y verificar la autenticidad de la información es clave para protegerse de posibles estafas.
Las estafas telefónicas no solo causan daños económicos, sino que también erosionan la confianza de los ciudadanos en las instituciones y servicios públicos. Según datos de La Moncloa, estos fraudes afectan a todos los sectores de la sociedad y generan un clima de desconfianza que puede ser difícil de revertir. El SEPE, consciente de este problema, ha redoblado sus esfuerzos para informar y proteger a los ciudadanos. Sin embargo, la colaboración de todos es esencial para combatir este tipo de delitos.