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El método ‘Compra ahora, paga después’ está arrastrando a los jóvenes a una espiral de deuda: ¿vale la pena el riesgo?

¿Compra ahora y paga después? Esta oferta a todo el mundo le parece tentadora y mucho más cuando eres joven y buscas desesperadamente la independencia económica, pero a mediano y largo plazo, es decir, sin sentir un golpe inmediato en el bolsillo. Actualmente, existen una gran variedad de plataformas que te ayudan a cumplir este sueño, han convertido el método Compra ahora, paga después (BNPL, por sus siglas en inglés) en una opción accesible y, en apariencia, inofensiva.

Pero en temas financieros es mejor ir con pie de plomo, como dicen por ahí. Y es que lo que comienza como una solución cómoda para adquirir, por lo general, ropa, tecnología o incluso billetes de avión puede convertirse en una trampa financiera difícil de esquivar.

El Compra ahora y paga después, viene acompañada de pagos fraccionados que se acumulan y tasas de interés ocultas que aparecen tras el primer impago, muchos usuarios terminan atrapados en una espiral de deuda que crece más rápido de lo que pueden controlar.

El problema no es solo la facilidad con la que se accede a estos créditos, sino la falta de educación financiera que impide a los consumidores calcular el impacto real de sus compras a plazos. Estudios recientes advierten que una parte significativa de los usuarios de BNPL son jóvenes de entre 18 y 30 años, quienes, seducidos por la inmediatez y la flexibilidad de estos servicios, terminan gastando más de lo que pueden permitirse.

La ausencia de regulaciones estrictas y el escaso control sobre la capacidad de pago de los compradores solo agravan el problema. Entonces, ¿vale la pena correr este riesgo por una gratificación instantánea?

Compra ahora, paga después: una solución atractiva con un costo oculto

Una Solución Atractiva Con Un Costo Oculto
Fuente: Agencias

En los últimos años, esta opción financiera ha invadido el mercado y ha captado la atención de jóvenes y adultos por igual, pero sobre todo a los jóvenes, con su promesa de flexibilidad y comodidad. Comprar sin pagar de inmediato resulta tentador, especialmente cuando plataformas de moda, tecnología y entretenimiento lo presentan como una alternativa sin intereses.

Y es que además se trata de un trabajo bien elaborado, resulta bastante difícil decir que no. Sin necesidad de tarjetas de crédito ni trámites bancarios complejos, miles de consumidores acceden a productos y servicios con solo unos clics. Sin embargo, esta aparente facilidad oculta un problema creciente: la acumulación de pagos fraccionados que, mes a mes, pueden convertirse en una carga difícil de sostener, sobre todo cuando se trata de jóvenes que están apenas incursionando en el mercado laboral, con salarios acorde a la edad.

El peligro radica en la percepción totalmente “falsa” de que estas compras no afectan el presupuesto de manera significativa. Pero la realidad es otra. Porque a medida que se suman múltiples pagos pendientes, la capacidad de ahorro se reduce drásticamente y, en casos extremos, el retraso en los pagos genera intereses y penalizaciones inesperadas, y no nos engañemos, en esta parte es donde el negocio empieza a rendir frutos.

Pero como siempre hay que leer la letra pequeña en todo lo que firmamos o en todo lo que hacemos clics, muchas plataformas no informan con claridad sobre las consecuencias de incumplir los plazos, y muchos usuarios se dejan llevar por la falsa ilusión de que más adelante podrán hacer frente a estas cuotas, dejándolos en una situación financiera precaria. Y de esta manera, lo que comenzó como una solución atractiva puede transformarse en una espiral de deuda que compromete la estabilidad económica de los más jóvenes.

De la comodidad al sobreendeudamiento: el lado oscuro del BNPL

De La Comodidad Al Sobreendeudamiento: El Lado Oscuro Del Bnpl
Fuente: Agencias

De esta manera, el Compra ahora, paga después, se ha convertido en una alternativa al crédito tradicional, pero su falta de regulación lo convierte en un terreno peligroso. A diferencia de las tarjetas de crédito, muchas de estas plataformas no requieren un análisis riguroso de la capacidad de pago del usuario, lo que permite que cualquiera pueda financiar compras sin evaluar si realmente podrá asumir los costos en el futuro. Porque al final a estas plataformas no les importa como lo vas a pagar, lo único que les importa es que pagues.

El tema está en la facilidad con la que los usuarios pueden acceder a esta financiación, porque estos pagos fraccionados pueden llevar a una falsa sensación de control. Y de la noche a la mañana, las deudas se acumulan y las fechas de pago se solapan, y el impacto en las finanzas personales puede ser devastador. Y es aquí cuando te arrepientes de no haber leído las letras pequeñas del contrato.

La falta de transparencia en los términos y condiciones, la famosa letra pequeña, suele ser una de las herramientas utilizadas por estas plataformas. Algunas empresas aplican comisiones por retraso o intereses elevados si no se cumple con los plazos establecidos, lo que convierte una compra aparentemente asequible en una deuda costosa. Y lo que inicialmente fue una compra de pocos euros termina convirtiéndose en una deuda que crece con el transcurrir del tiempo.

La gravedad del tema está en que estas plataformas no están reguladas por ningún organismo del estado, como los bancos tradicionales, los consumidores quedan desprotegidos ante posibles abusos o cláusulas engañosas. Sin una legislación clara, los jóvenes son el principal objetivo de estas estrategias de venta, cayendo en un ciclo de endeudamiento del que no siempre es fácil salir.

¿Cómo evitar caer en la trampa? Consejos para un consumo responsable

¿Cómo Evitar Caer En La Trampa? Consejos Para Un Consumo Responsable
Fuente: Agencias

Ahora bien, usar el Compra ahora, paga después sin poner en riesgo, la estabilidad financiera es posible, pero requiere planificación y control, unos rasgos que los jóvenes todavía no tienen desarrollados, sobre todo cuando se trata de finanzas. Lo primero es diferenciar entre necesidades y caprichos.

Si un producto no es esencial y no se tiene la certeza de poder pagarlo en los plazos acordados, lo más recomendable es evitar la compra, así de simple, a menos que cuentes con ingresos seguros que garanticen el pago de las cuotas, lo correcto es no comprometerse. Además, es de vital importancia poder llevar un registro detallado de las cuotas pendientes para evitar la acumulación de pagos que, a largo plazo, pueden desequilibrar el presupuesto.

Otro punto fundamental es leer siempre la letra pequeña. Antes de aceptar un pago fraccionado, es importante conocer las condiciones del servicio, los intereses en caso de impago y las posibles penalizaciones. La opción de poder acceder a todo lo que quieres a través de un clic es realmente tentadora, pero hay que tomarse el tiempo para leer la letra pequeña.

Apostar por la educación financiera y desarrollar hábitos de consumo responsables son las mejores herramientas para no caer en la trampa de la deuda fácil. El BNPL puede ser una opción útil en determinadas circunstancias, pero solo si se usa con criterio y sin comprometer la estabilidad económica a futuro.