Especial 20 Aniversario

No es gula, es tradición: el gesto español que dispara tu apetito

-

En España somos de costumbres firmes y rituales sagrados en la mesa. Una de estas prácticas, aparentemente inocentes, podría estar aumentando nuestro apetito sin que seamos conscientes. Ese pequeño vaso de agua fría que tomamos durante las comidas, ese gesto tan habitual en nuestro país, podría ser la razón por la que acabamos repitiendo plato, aunque pensemos que no tenemos tanta hambre.

Aunque suena extraño, lo cierto es que consumir agua fría mientras comemos tiene efectos sorprendentes en nuestro organismo. La temperatura baja del agua hace que nuestro cuerpo tarde más tiempo en detectar la saciedad, disparando así nuestro apetito y provocando que comamos en mayor cantidad. Esta curiosa tradición gastronómica española tiene consecuencias reales, y conocerlas puede ayudar a comprender mejor por qué acabamos las comidas familiares con la sensación de haber comido demasiado.

5
TRADICIÓN Y SALUD PUEDEN IR DE LA MANO

Fuente Freepik

Aunque beber agua fría es parte de nuestras costumbres más arraigadas, conocer sus efectos sobre nuestro apetito nos permite tomar decisiones conscientes y responsables. Nadie está sugiriendo abandonar por completo esta tradición, sino simplemente moderar su uso para que no juegue en contra de nuestros objetivos de salud. Al fin y al cabo, se trata de encontrar un equilibrio que nos permita disfrutar sin renunciar al bienestar.

Porque mantener viva la esencia de nuestras tradiciones culinarias no debería significar comprometer nuestra salud ni disparar involuntariamente nuestro apetito. La clave está en conocer cómo influye lo que comemos y bebemos en nuestro organismo, adaptando las costumbres de siempre a los conocimientos actuales. Una tradición no tiene por qué dejar de serlo, siempre y cuando no interfiera negativamente en nuestra calidad de vida.