La seguridad vial es una prioridad en España, y la Dirección General de Tráfico (DGT) establece normas estrictas para garantizar que todos los conductores estén en condiciones óptimas para manejar un vehículo. Aunque muchas personas desconocen estos requisitos, existen ciertos medicamentos y enfermedades que pueden afectar la capacidad de conducción y, en consecuencia, impedir la renovación del carnet de conducir.
Para minimizar riesgos en carretera, la DGT ha identificado una serie de fármacos que pueden comprometer los reflejos, la concentración o la capacidad motora de los conductores. Además, algunas condiciones médicas pueden ser motivo para denegar o restringir la licencia de conducir. En este artículo, analizaremos qué medicamentos están bajo la lupa de la DGT, qué enfermedades pueden condicionar la renovación del carnet y qué consecuencias puede haber para quienes no cumplan con estas normativas.
3Otras enfermedades
Las enfermedades cardíacas también pueden influir en la renovación del permiso de conducir. Condiciones como la insuficiencia cardíaca o los antecedentes de infarto podrían llegar a provocar episodios de debilidad, falta de aire y desmayos. En estos casos, la DGT se ve en la tarea de exigir un control médico periódico para verificar que el conductor se encuentra en condiciones de manejar un vehículo sin poner en riesgo su seguridad y la de los demás.
La visión es otro factor determinante en la conducción. Las enfermedades visuales graves, como el glaucoma avanzado o la degeneración macular, pueden reducir significativamente la capacidad de ver señales de tráfico, peatones y otros vehículos. En algunos casos, la pérdida de visión en un ojo podría permitir la conducción si la persona logra compensarlo con el otro, pero en enfermedades progresivas que afectan ambos ojos, la DGT puede restringir o anular el carnet de conducir.